El estudio sistemático de la sociología y la psicología del individuo me han legado grandes enseñanzas; a tal extremo, que he llegado a la conclusión de que en esta era de la tecnología y la información; todos los humanos deberíamos andar con una plataforma tecnológica reproductora de videos, un ipad, una Tableta o un Smartphone etc., con el objetivo, de que en esos aparatos podamos visualizar al menos tres veces al día una videografía de nuestra historia; a los fines de que, ninguna circunstancia exógena y efímera nos pueda hacer olvidar de dónde venimos y hacia donde nos queremos dirigir.
Asimismo, los nombres de Joseph Goebbels, Joseph Fouché, Nikita Kruschev y muchos otros; provocan en mí una disentería cerebral por el papel que desempeñaron como moscas nauseabundas de los gobiernos Nazi, francés y la antigua URSS. Con el agravante, de haber propagado en forma virulenta en todo el mundo; sobre todo en la República Dominicana, sus acciones y conductas parasitarias como doctrinas de supervivencia y escalafón de la política y el poder. Máxime, las técnicas filosóficas del genuflexismo las cuales sirven para sembrar frutos en el invernadero psicológico y emocional de los individuos que detentan el poder.
Metamorfosis del Poder.
Resulta muy cómico ver como desde que aparece el nombre de un individuo en un decreto o después de resultar electo en un proceso electoral, inmediatamente se abren dos vías; la primera, la de ese que fue designado en la posición y, aún a sabiendas de que carece de liderazgo social y en muchos casos hasta de formación intelectual y profesional; él mismo interioriza que su designación obedece al reconocimiento de toda su trayectoria como líder. Y en la otra vía, aparecen al instante todas esas moscas repugnantes y putrefactas las cuales se posan a transmitir y sedimentar podredumbre en la psiquis del designado.
De igual forma, llevan ante ese individuo el supuesto último estudio de mercado donde él aparece como la máxima representación y multiplicación de todas las virtudes reconocidas en el mundo; y como el líder mejor valorado en todos los posibles escenarios del espectro político de la nación. En efecto, toda esa vocinglería y pelotillería inmediatamente nos restriega en la cara las palabras de uno de los estadounidenses más grandes de toda la historia; el legendario Abraham Lincoln quien manifestó que, “si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder”.
Líderes Prefabricados.
Tiene que ser muy tarúpido, aquel individuo que se deja vender la idea de que se encuentra en el pináculo social solo por tener una posición, pues ignoran que esas moscas gobiernos tras gobiernos de noche se acuestan orándole a Dios y en la mañana hacen pactos hasta con el mismo diablo; en procura de beneficios y prebendas ya sea para ellos o sus familiares más cercanos. Y, gracias a los consejos de esa gente que nunca ha crecido por sí misma van creando cadenas de desprecio; a tal punto, que cuando quieren recapacitar ya de ellos solo queda un cadáver político y social en estado de descomposición y putrefacción.
Dentro de ese contexto, los que estamos en las gradas mirando esos escenarios, devenimos en unas inconmensurables interrogantes a causa de la metamorfosis y policefalia que sufren estos individuos. Y, no llegamos a concluir sobre si su ecología emocional es producto de haber abandonado de manera vertiginosa su mísero oscurantismo social y económico, tras haberse convertido en un honorable cortesano cuyo liderazgo solo está asentado y sostenido sobre las columnas de una nómina o si, por el contrario; solo estamos conociendo al Carlitos del que hablaba Joaquín Balaguer.