Esta semana se celebró el “Día Internacional de la Mujer” y el máximo homenaje que pudo hacer la Academia de Ciencias para honrar a ese ser tan especial como lo es la mujer y madres de la patria fue la publicación de una obra con sus detalladas biografías y aportes de la talentosa escritora Eleonor Grimaldi Silié, quien puso en circulación su más reciente producción con motivo de este día tan especial.
El libro “Las mujeres de la Patria”, tiene en su presentación juicios del Lic. Milcíades Mejía, ex Presidente de la Academia quien señala: “Con esta obra, tanto su autora como la Academia de Ciencias, le rinden un tributo imperecedero, resaltan el valor y los inestimables aportes de las mujeres dominicanas en las guerras por la Independencia Nacional, la Restauración de la República, en las luchas contra la Ocupación Norteamericana del 1916, la Dictadura de Trujillo, la Revolución de Abril de 1965, así como en otros acontecimientos no menos relevantes”.
Sentado yo en la mesa de honor en la Academia y al escuchar los discursos en la hermosa noche de presentación del libro número 24 de mi perspicaz prima Nora, no les niego que pensé en la ilustre “saga” de los Silié como escritores. Nora, hija de mi tía Rhina, desde muy joven demostró grandes relumbras cerebrales, recuerdo que nos iniciamos en la docencia aun adolecentes en las instituciones educativas de la familia. Con un legado de una respetable y muy ética prosapia intelectual, ella ha honrado con creces la muy digna herencia de los Silié-Gatón. Nora, ha llevado su accionar con grandes contribuciones a la retórica y a las ciencias sociales. Yo comparo a mi prima en la literatura dominicana, con la mitológica Juno, la famosa diosa romana madre de muchos hijos (literarios). Para muestra de esto un botón: hace apenas tres semanas, ella puso en circulación su penúltima obra: “Un aporte al estudio de las Ciencias Sociales”, en la Universidad Dominicana O&M.
Con la venia de mis amables lectores, cito parte de su discurso en la Academia: “En la historia reciente, podríamos mencionarlas a todas por sus nombres y nos faltarían noches, pero existen paradigmas que la sociedad ha reconocido con más fuerza en nuestro país, las hermanas Mirabal: Minerva, Patria y María Teresa, símbolos de patriotismo y lucha, quienes fueron brutalmente asesinadas porque se oponían a la tiranía trujillista. He escrito sobre ellas, porque considero que es una tarea pendiente darlas a conocer. Las generaciones del presente y del porvenir, necesitan conocer la participación de mujeres que abonan y han abonado con su vida y sus esfuerzos, las ilusiones de construir una Patria de mujeres y hombres responsables, decentes, justos, leales y honrados.
Quiero despedirme con estos versos del cantautor chileno, Tito Fernández: “La patria es hembra”, también la libertad/Es hembra la bandera y también la esperanza/La ola del mar también es hembra/Y la estrella, la nube y la verdad/La justicia es hembra, también la vida/La naturaleza, toda, es hembra/Y también es hembra la guitarra/Es hembra la risa y la pena, con sus lágrimas”. En el solemne acto de esa noche, recibieron la obra entregada por el Dr. Luis Scheker (Presidente) y la autora, como homenaje simbólico a la mujer dominicana la señora Tomasina Cabral, luchadora anti trujillista; Clara Elena Florenzán, primera mujer egresada de la Licenciatura en Física, y Ana Teresa Oliver, quien luchó en un Comando durante la Revolución de Abril. Esta obra por su enjundia histórica y la exaltación de los excelsos valores patrios, debe ser de lectura obligada en las escuelas dominicanas, sería el mejor homenaje para exaltar a las ejemplares, inmensas y valerosas hadas, que son las mujeres dominicanas. La Academia de Ciencias se siente muy regocijada por esta puesta en circulación y las mujeres miembros de la misma. Vale destacar además que una de sus miembros destacada, la Lic. Felicita Heredia, recibió la “Medalla al Mérito” por el gobierno en el “Día de la Mujer”, en el renglón de Ciencia y Tecnología. Levantemos todos los hombres nuestras copas y brindemos por todas nuestras mujeres del amado terruño. ¡Enhorabuena!