Las mujeres dominicanas arrastran una serie de desventajas socioeconómicas que les impiden mejorar su calidad de vida, lo cual se evidencia porque la pobreza ha crecido en hogares dirigidos por éstas, su participación en el empleo es menor que los hombres, y en materia de salud son víctimas de un sistema incapaz de reducir las muertes maternas.
Esa es la lectura que deja el estudio “Las deudas sociales del país con las mujeres», elaborado por el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y Profamilia.
En ese informe se precisa que los hogares encabezados por mujeres aún registran mayores niveles de pobreza que los dirigidos por hombres.
En el 2016 la pobreza en hogares dirigidos por mujeres era de 26.7%, y en 2018 subió a 30.37%; en las zonas rurales esa pobreza alcanza un 40%.
“Pero en los hogares de jefatura masculina, tenían un nivel de pobreza de 20.9% en 2016 y ahora de 27.4%, muy por debajo de los de mujeres. A nivel nacional, las más afectadas son las mujeres que viven en zonas rurales (40.41%)”.
Con relación al empleo, el estudio plantea que en 2017 la tasa de participación global de las mujeres en el mercado laboral era de 49%, y en los hombres de 76%.
En ese contexto se precisa que “a pesar de tener mayor formación que los hombres, las mujeres mayormente asumen las responsabilidades de cuidado y de tareas del hogar, pues dedican un promedio de 31.2 horas por semana al trabajo no remunerado”.
La salud. Si carecer de un empleo bien remunerado es un drama, peor aún quedar en las estadísticas de las muertes maternas, que alcanzan 104.4 casos por cada 100,000 nacidos vivos.
Eso ocurre, según Intec y Profamilia, porque el país carece de una política integral de salud y de derechos sexuales y reproductivos. lo cual conlleva a que República Dominicana sea el segundo país con la tasa más alta de mortalidad neonatal de la región, solo superado por Haití.
“La falta de servicios de salud accesibles y gratuitos por parte del Estado violenta la autonomía física y el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, y obliga a las mujeres que quieren salvar sus vidas a realizarse abortos en condiciones inseguras y clandestinas, lo que impacta especialmente a las que viven en la pobreza y condiciones de vulnerabilidad”.
En el documento también se plantea que hay una necesidad insatisfecha de acceso a métodos anticonceptivos en adolescentes, de 27%, y una barrera de acceso de 40% en la detección de cáncer uterino, y de 17% en cáncer de mama.