Las mujeres necesitan más políticas de
desarrollo productivo

Las mujeres necesitan más políticas de <BR>desarrollo productivo

POR ISAOLYM MIESES
La apertura comercial que implicará el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centro América y República Dominicana (DR-CAFTA, por sus siglas en inglés) se traducirá en un impacto negativo en el empleo agrícola y manufacturero, lo que repercutirá de forma desfavorable en las mujeres, mientras los efectos positivos derivados de un potencial incremento de las exportaciones no están garantizados.  

De acuerdo a un estudio presentado por el capítulo dominicano del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), este acuerdo también va a impactar a las mujeres que no están empleadas en los sectores directamente afectados, debido a que las consecuencias se ramifican hacia el resto de la economía y de la sociedad.  

La investigación titulada “Situación Laboral de las Mujeres en la República Dominicana: Aspectos Relevantes frente al DR-CAFTA” que fue realizada por los investigadores Pavel Isa Contreras y Miosotis Rivas Peña, del Centro de Investigación Económica para el Caribe (CIECA), con auspicios de CLADEM y del Intermón OXFAM, responde al interés de sentar las bases para desarrollar una amplia discusión sobre cómo afectan los acuerdos de libre comercio los derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres.  

Según explicó Lourdes Contreras, enlace nacional de CLADEM en República Dominicana, el estudio pretende, además, empoderar al movimiento dominicano de mujeres de herramientas teóricas y analíticas que le permitan incidir en el diseño y ejecución de políticas públicas dirigidas a amortiguar los posibles impactos negativos del DR-CAFTA, así como a potencializar los impactos positivos. 

Mujeres que no trabajan

Durante la presentación de esta investigación, Isa Contreras señaló que más de la mitad de las mujeres en edad de trabajar no participan en el mercado laboral,  sin que esto quiera decir que no trabajan.

 “La carga de trabajo en cuidados del hogar y de hijos e hijas es muy elevada, por lo que un cambio en las condiciones materiales vinculadas, por ejemplo, a la pérdida de empleo por parte de los perceptores de ingreso, afectaría significativamente la calidad de vida de esas mujeres”.  

Isa Contreras llamó la atención sobre la alta tasa de desempleo femenino en comparación con el desempleo masculino. Cerca del 25 por ciento de las mujeres que quiere trabajar fuera del hogar no lo consigue; mientras que sólo el 10 por ciento de los hombres está desempleado. 

De acuerdo al estudio, las mujeres son mayoría en unos pocos sectores, más del 75% de las mujeres ocupadas trabajan en sectores de servicios; mientras que más de la mitad  son empleadas privadas, en tanto que cerca de la mitad de los hombres son trabajadores por cuenta propia

Asimismo, cerca del 60% de las mujeres mayores de 60 años trabajan por cuenta propia, mientras más del 60% de las de edades entre 20 y 39 años son empleadas privadas. En las esferas gerenciales predominan lo hombres. Hay balance de género entre los profesionales, técnicos y trabajadores de servicios. Mientras que los empleados de oficinas son mujeres, los agricultores, operarios y artesanos, y conductores y operadores son hombres.

La PEA femenina tiene mayor instrucción secundaria o universitaria que la PEA masculina.

La escolaridad de las mujeres ocupadas es mayor que la de los hombres, tanto a nivel general como para el caso de las ramas de sustitución de importaciones. Sin embargo, es una ventaja muy limitada.

DR- CAFTA y su impacto

El grueso de la fuerza laboral femenina (más de 75%) no está directamente expuesta a los efectos de la competencia importada. Esto es válido de manera similar para todos los grupos de edad. Sin embargo, más del 40% de la fuerza de trabajo ocupada (masculina y femenina) se emplean en sectores potencialmente perdedores del DR-CAFTA. Las implicaciones sobre el resto de la economía pueden ser significativas.

“Aunque el DR-CAFTA representa un moderado alivio para las zonas francas, el cambio en el régimen de comercio global amenaza al sector, el cual implica el 7.4% del empleo femenino. El DR-CAFTA obliga a reducir los ingresos arancelarios: 2.9% de PIB, RD$30,000 millones aproximadamente”.

De acuerdo al estudio, la inmensa mayoría de las mujeres ocupadas está empleadas en sectores no directamente afectados por el DR-CAFTA. El empleo femenino vulnerable alcanza un 8%. Sin embargo, las implicaciones de pérdidas de empleo en sectores de sustitución de importaciones para las mujeres empleadas o no, puede ser significativa.

Aunque el DR-CAFTA amortigua el impacto negativo global de la Organización Mundial del Comercio sobre la actividad de confecciones de zonas francas, es de esperarse una reducción del nivel de actividad. El impacto esperado sobre el empleo femenino es negativo.

Al presentar los resultados, Isa Contreras destacó que el acuerdo tendrá implicaciones sobre la posibilidad de que estas mujeres desempleadas obtengan trabajo en el futuro.

 “Las políticas públicas deberán responder a las necesidades de las mujeres para amortiguar los efectos negativos y potenciar los positivos”.  

De acuerdo al estudio, se hace necesario el diseño de políticas tendentes a fortalecer la capacidad de provisión de los servicios sociales del Estado y del sistema de seguridad social.

Consideró importante, además, implementar políticas de desarrollo productivo del sector agropecuario. “Entre las que se deben destacar aquellas que garantizando la viabilidad económica, atiendan las necesidades de las mujeres productoras, tales como acceso al crédito, acceso a la tierra y a servicios de extensión”. 

En ese mismo orden, importantizó la necesidad de desarrollar políticas activas de empleo que presten especial atención a las mujeres desplazadas, en particular, aquellas que son jefas de hogar; políticas de fomento al desarrollo industrial que pongan énfasis en ramas generadoras de empleo hacia la pequeña y mediana empresa, así como políticas de capacitación laboral y educación dirigidas a mujeres, que faciliten una reinserción laboral exitosa.

CLADEM

El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), es una red de mujeres y de organizaciones femeninas  en toda América Latina y el Caribe hispano, empeñadas en unir esfuerzos para lograr una efectiva defensa de los derechos de las mujeres en nuestra región. Articula a organizaciones y personas comprometidas en la defensa y promoción de los Derechos de las Mujeres a través de distintas actividades: elaborando propuestas legislativas, investigando, capacitando, litigando, enseñando en las universidades, informando, comunicando y ejerciendo acciones de solidaridad. Sus áreas de actividad son los derechos humanos de las mujeres y las niñas desde un ámbito socio-jurídico. Con énfasis en el observatorio regional, el derecho a una vida libre de violencia; derechos sexuales y derechos reproductivos; derechos económicos, sociales y culturales y globalización.

En tanto que sus líneas de trabajo son la incidencia política para la defensa de los derechos humanos de las mujeres y niñas, así como la capacitación en instrumentos y mecanismos internacionales de derechos humanos.

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