«Las Naciones» se adueñan de Invivienda

«Las Naciones» se adueñan de Invivienda

POR GERMAN MARTE
Carlitos es un niño de 13 años de edad y ya sabe qué se siente luego de recibir una paliza. Su frágil contextura apenas resiste el dolor que todavía le causan los 280 palos “bien contados” que le propinaron sus «hermanitos» de la banda «Amor y Cielo», una de las más de diez «naciones» que hay en Invivienda integradas por niños y adolescentes de 12 a 18 años, muchos de ellos armados de pistolas, y armas de fuego artesanales que ellos llaman chagones y chilenas.

Su pecado fue no cumplir con un encargo que le hizo Pata de Palo, el jefe de la banda a la que se integró cuando aún no había cumplido los doce años.

Todavía su madre piensa que Carlitos se golpeó al caerse de una bicicleta. Eso fue lo que le contó cuando llegó a la casa «molido» a golpes.

Pero el caso de Carlitos no es único. Como él son muchos los menores de Invivienda y otros sectores de Santo Domingo Este que, a escondida de sus padres, son utilizados por las bandas para cometer todo tipo de fechorías, incluidos los robos, venta de drogas y participar en “ritos satánicos”.

En Invivienda funcionan las “naciones” llamadas «Los Kings», «Los Mercaderos», «Panteras», «Escorpiones», «Amor y Paz», «Faraones», «Baby Blood», «Ñeta», «Latin Nation», «De Cora» y «Fourty Two». Pero estas no son todas.

Las más que más temor producen a los residentes del sector son Los Mercaderos, Los Kings y los Baby Blood. Cada uno de estos grupos tiene de 30 a 50 miembros.

Reporteros de HOY entrevistaron a cuatro jóvenes de 12 a 14 años que recientemente se salieron de una de esas «naciones» a las que pertenecieron por más de ocho meses.

De acuerdo con lo narrado por «Gregory», «Sandy», «Omar» y «Kico», sólo en Invivienda operan alrededor de doce bandas, pero en la zona son 32. Todas operan bajo reglas estrictas y códigos inviolables o «sagrados». Algunas son enemigas entre si. Otras son amigas o aliadas. Las hay que tienen “capítulos” o sucursales en otros barrios.

«Ellos se reúnen y mandan a uno a robar cadenas, tenis, gorras, cualquier cosa. Y todo lo que se consigue es para el jefe conocido como Pata e’palo», dijo un ex miembro de uno de esos grupos.

A los niños también se les exige dinero para comprar armas de fuego que luego utilizan en los choques con las naciones enemigas y en asaltos, añadió otro de los jovencitos.

Según sus testimonios, no todos los integrantes de naciones son consumidores de drogas, ni ladrones. Casi siempre esa condición la tienen los más «aventajados», los que tienen más tiempo en el grupo y los más arriesgados, como los llamados «centuriones» o «sicarios» que son los que van a otros barrios a desafiar a cualquiera y a batirse a tiros con quien sea. La mayoría son jóvenes de no más de 16 años, como uno que identificaron como «Papito».

AMOR Y CIELO

La nación «Amor y Cielo», por ejemplo, estaba integrada por 32 menores a los que se les asignan labores «sencillas» como robar dinero a sus padres para llevárselo al “jefe supremo” y buscar lugares para las reuniones. En ocasiones -cada vez más frecuentes- se producen enfrentamientos a tiros y machetazos entre los miembros de «naciones» enemigas.

Las armas las consiguen por medio de otras bandas y también a través de policías quienes se las venden entre RD$3,000 y RD$4,000, «por ahí por los invasores (edificios a medio construir en Invivienda) hay un policía municipal que nos consigue las cajas de balas a RD$500. Cada bala cuesta RD$30», dijo Sandy con naturalidad.

También hay suplidores como Monchy, un sicario de Guachupita que frecuenta por el María Auxiliadora, quien tiene en su casa un verdadero arsenal, además de drogas.

«Monchy es un sicario a quien no le importa matar a uno si usted le ofrece RD$250. Es un tíguere que no tiene mente», lo definió Gregory, el más grande de los entrevistados del grupo. Tiene 14 años.

LOS CÓDIGOS

Cada nación tiene un organigrama definido y utiliza sus propios códigos. Los símbolos y las categorías tienen que ser respetados religiosamente por todos, de lo contrario el castigo es inevitable.

Cada nación tiene su santo y seña para el saludo; algunos usan pulseras, collares, anillos y pañuelos de colores para identificarse. En estos símbolos cada color o figura tiene su propio significado.

Para asistir a las reuniones los miembros de las naciones tienen que ir todos vestidos del mismo color, casi siempre usan gorras y tenis de marcas específicas.

En cada nación hay un «Inca» o jefe superior, El rey de los cielos, La Reina, la Princesa, La Universal y el padrino del bautizo. También hay un supervisor general.

Cada grupo tiene su propia oración. «Amor y Cielo» tiene la suya basada en el salmo 21 de la Biblia.

Pero sus actos distan mucho de ser cristianos y sus miembros no son precisamente angelitos.

Y esto lo sabe bien Carlitos cuya anatomía sabe bien lo que significa aplicarle a alguien el «código» de una «nación» y para que no lo olvide recibió 280 golpes «con el pelotero», como le llaman a la tabla con la que fue golpeado.

Publicaciones Relacionadas