Ayer nos acompañaron en el Almuerzo de los miércoles del Grupo Corripio de Comunicación cuatro sacerdotes católicos que ejercen su ministerio en sectores de esos que llamamos populares, barrios repletos de hombres y mujeres cuyos ingresos los ubican en las bases de las pirámides sociales. En palabras del papa Francisco, cuatro pastores que huelen a ovejas.
En el tramo correspondiente a las preguntas de los periodistas, el talentoso periodista Germán Marte, responsable del digital del diario El Día, les hizo una pregunta muy ingeniosa, más o menos así: Si frente a ustedes estuvieran los candidatos presidenciales del PRM, el PLD y el PRD, qué ustedes les pedirían para sus barrios.
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El primero en responder fue el conocido sacerdote Abraham Apolinario, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo. Sin pensarlo dos veces, este pastor de almas mencionó el agua, las ciudades, que sean más amables, que no lleven indignidad a las personas comprándolas, la generación de empleos y que se dediquen a organizar el país.
En respuesta a la pregunta del periodista Marte siguieron el padre Nelson Acevedo, párroco de la Parroquia Santo Cura de Ars, en Capotillo; el padre Pedro Vásquez, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, del Ensanche La Fe, y el padre Miguel Amarante, párroco de la Parroquia Santa Cecilia, de la calle José Contreras.
Estos religiosos desearían que los mencionados candidatos presidenciales se ocuparan, desde la Presidencia de la República, de mejorar la educación, sobre todo la educación técnica; de la salud de la población, la seguridad, que incluye la vial y la ciudadana; y de recuperar la confianza, porque los políticos dominicanos necesitan que la gente confíe en ellos.
Todos insistieron, además, en atender con sumo cuidado y urgencia la educación y la salud.
Sin dudas, estos temas son dignos de ser recogidos en un programa mínimo de Gobierno o en un bosquejo de prioridades a favor de las personas que residen en los barrios más poblados del país.
Ojalá que nuestros candidatos presidenciales vean y escuchen.