Las neurociencias

Las neurociencias

2. Neurociencias. Desde los años 60 se ha estado utilizando el término Neurociencias para denominar y comprender todos los estudios que se han venido desarrollando en torno a la descripción y explicación anatomofuncional del cerebro humano. Los avances más significativos y convincentes han surgido de las neuroimágenes que se han venido obteniendo con mayor fidelidad a partir de la llamada Década del Cerebro.
Neurociencias comprende el conjunto de disciplinas que coordina y permite describir y explicar los diversos estudios (estructurales y funcionales) del cerebro humano con la prospección de buscar un acercamiento científico a su conocimiento y develar algunos misterios de su infinita capacidad. También se ha dicho que las neurociencias son un conjunto de disciplinas científicas cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular interés en cómo la actividad del cerebro se relaciona con la conducta y el aprendizaje.
Los aportes de las neurociencias a la educación en general y al aprendizaje en particular, han servido de base para la propuesta neuroeducativa y su riqueza ha sido de tal magnitud que en menos de 20 años ha pasado de ser “un puente muy lejano” entre la Neurociencia y la Educación, a una sólida posición científica colmada de datos incontrovertibles y jamás pensados. El “localizacionismo”, tan criticado y ridiculizado durante mucho tiempo, ha venido a ser reivindicado por las neuroimágenes de última generación.
Si bien es cierto que el cerebro sigue siendo un enigma porque “cada puerta que se abre no nos lleva a la luz, sino a otro pasillo con numerosas puertas que debemos abrir y que, a su vez, comunican con otras salas, escaleras, sótanos, que tienen más puertas todavía”, también es cierto que los innumerables resultados de las Neurociencias están ahí, comprobables por toda la comunidad neurocientífica.
La Tomografía por Emisión de Positrones (PET, en inglés) es una técnica que demuestra el área específica del cerebro que se activa cuando “pensamos”, cuál otra cuando “escuchamos”, cuál cuando “miramos”, cuál cuando “hablamos”, cuál cuando “imaginamos”, y así sucesivamente. En los procesos de lectura se activan las áreas perisilvianas hemisféricas izquierdas, la corteza visual extraestriada, las áreas parietales inferiores, el giro temporal superior y la corteza frontal inferior; el procesamiento ortográfico activa las áreas frontal, parietal y temporal inferiores; los componentes léxico y subléxico fonológicos, y los semánticos, activan regiones de la corteza frontal inferior y del temporal. Es decir, la certeza de los hechos cerebrales ya no se determinan por aproximación mediante autopsias, como fue lo tradicional hasta mediados del siglo XX.
Otros aportes:
Cuando una persona se alfabetiza, su cerebro cambia para siempre: se establecen nuevas redes neuronales y aumentan las sustancias gris y blanca.
La escritura y la lectura son el producto de un “reciclaje neuronal” y tienen su centro pivoteador en la frontera temporooccipital inferior izquierda: la llamada “caja de letras”.
El momento exacto del aprendizaje se da cuando los neurotrasmisores atraviesan la sinapsis, desde el axón hasta las dendritas de la próxima neurona.
La ingesta de agua es vital para el aprendizaje. En el ámbito escolar, beber antes de comenzar cada hora de clase.
El mejor tónico para el cerebro es el sueño; en la niñez, de 8 a 10 horas; en la adolescencia, 8 horas mínimas. La información guardada en la MCP pasa a la MLP.
La función esencial del lóbulo frontal es el razonamiento y la intelección; la del lóbulo parietal, la sensibilidad; la del lóbulo occipital, la visión; la del lóbulo temporal, la audición. El cerebro es el único órgano del cuerpo humano que tiene la capacidad de aprender y, a la vez, enseñarse a sí mismo.
Cada cerebro es único, irrepetible, aunque su anatomía y funcionalidad sean particularmente de la raza humana.
Las emociones matizan el funcionamiento del cerebro y son esenciales para el aprendizaje.
La capacidad del cerebro para guardar información es ilimitada y maleable.
El cerebro es plástico. Tiene la capacidad para adaptarse a nuevas situaciones imprevistas en su desarrollo normal.
Para aprender la Lengua Materna existe un Período Crítico o Sensible.

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