Las niñas caribeñas de Jean Girigori

Las niñas caribeñas de Jean Girigori

Con los auspicios de la Casa de la Cultura de Curazao/Kas di Kultura Ko’rsou, de la Oficina de Turismo de Curazao, del empresario y coleccionista dominicano Mario Martínez y la organización Artistas del Caribe Asociados, la pintora curazoleña Jean Girigori presentó su exposición individual titulada «Buscameta», en la Galería Principal de la Fundación Centro Cultural Altos de Chavón de La Romana.

La nueva exposición de la pintora curazoleña fue inaugurada el pasado viernes y permanecerá abierta al público hasta el día 31 de este mes, de martes a domingo, en horario de 10:00 de la mañana a 10:00 de la noche.

La muestra, integrada por 35 pinturas de grandes, medianos y pequeños formatos, producidas en óleo y acrílico sobre tela, impactan directamente al espectador por la recia energía humanística y social de sus imágenes, en las que la artista, de amplio reconocimiento en el Caribe, Estados Unidos, América Latina y sobre todo en Europa, asume el drama humano y social de las etnias negras y mulatas de las Antillas, desde un expresionismo simbólico tan personal y testimonial, que desafía la simple posibilidad de la contemplación para aproximar al espectador hasta los linderos de la reflexión crítica y espiritual.

La particular belleza de sus telas son «ráfagas de gesto y color que conmueven el alma del que mira la mirada de sus personajes», básicamente niñas y mujeres del Caribe.

Sus celebradas pinturas y esculturas cerámicas en su diálogo con el público dominicano y extranjero durante sus días de exhibición en Altos de Chavón, permitirán acercarse y conocer el lenguaje visual de una artista que se comunica con desgarrante sinceridad y con una íntima vitalidad espiritual, valores estéticos que le han dado éxito y atención a su obra en los distintos centros culturales, galerías de arte y museos donde ha llegado el testimonio contemporáneo de su obra.

Portadora de una enigmática historia desde su origen mismo, puesto que nació en los mares del Caribe durante una travesía en barco de sus padres, debido a que su padre era marino mercante, la llevó a vivir entre Santo Domingo y Curazao desde su niñez, para posteriormente, en 1967, establecerse en Haití, donde estudió en el taller del famoso maestro pintor haitiano Jean Paul Héctor, con quien en edad muy joven se casó, viajando posteriormente a Nueva York, donde realizó sus estudios académicos de arte, aprendizaje que asociado al drama de su experiencia personal, configuraría finalmente el lenguaje artístico que hoy define su inconfundible estilo personal.

Su genético vínculo con la República Dominicana, puesto que su madre es de origen dominicano, la ha estimulado, además de trabajar en su taller internacional de Curazao, a crear también en su taller instalado en la montaña de Jarabacoa, al norte de Santo Domingo.

Fue definida por el sociólogo y coleccionista dominicano Frank Marino Hernández, en ocasión de su exposición individual presentada en el año 1990 en el Museo de Arte Moderno de la República Dominicana, como «la artista del arco mágico».

Además, de su exposición actual en la galería de Altos de Chavón se prepara para su anual exposición en Holanda.

El pasado año puso en circulación su libro monográfico titulado «Jean Girigori: la pintora del arco mágico», en el que autores y especialistas de Holanda, Curazao y República Dominicana abordan desde distintas vertientes críticas los valores estéticos, estilísticos y conceptuales de su arte, coincidiendo en la desbordante vibración de su lenguaje plástico tan íntimamente conexo con la atmósfera étnica, humana, existencial y social de su origen caribeño.

Tanto en Curazao, como en Holanda, República Dominicana, Estados Unidos y Europa sus pinturas forman parte de importantes colecciones públicas y privadas.

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