“Las niñas” ganó el sábado el Premio Goya a la mejor película en una ceremonia marcada por la pandemia del coronavirus.
La ópera prima de Pilar Palomero, que narra la transición a la adolescencia de su joven protagonista en la España de los 90, conquistó cuatro galardones, incluyendo dirección novel, guion original y fotografía.
“Adú”, que partía como favorita con 14 nominaciones, se llevó cuatro galardones, entre ellos mejor director, para Salvador Calvo, y mejor actor revelación para Adam Nourou.
Calvo, artífice de un filme que combina las historias de un niño (Adú) que emigra a España, de un activista que lucha contra la caza furtiva en África y de las fuerzas de seguridad que trabajan en la frontera con Marruecos, dedicó su premio “A todos los Adús y Massar (su compañero de viaje) del mundo (…) esos niños que recorren el mundo aspirando a una vida mejor”.
“Akelarre”, la cinta del argentino Pablo Agüero sobre la persecución de brujas en el País Vasco a principios del siglo XVII, fue la más premiada de la noche, con cinco “cabezones”, pero mayormente en las categorías técnicas.
El Goya a la mejor película iberoamericana recayó en “El olvido que seremos”, una producción de Colombia dirigida por el español Fernando Trueba que desbancó a “La llorona” (Guatemala), “El agente topo” (Chile) y “Ya no estoy aquí” (México), todas con aspiraciones de estar en los Oscar.
Trueba, que tuvo problemas con el micrófono durante los agradecimientos, elogió al protagonista de su cinta, el doctor Héctor Abad Gómez, un médico y activista por los derechos humanos en Medellín en la década de 1970, como “un visionario que resulta muy oportuno en este momento. Fue un hombre muy bueno haciendo cosas”.
El premio a la mejor película europea, en tanto, fue para “The Father” («El padre»), una producción británica-francesa protagonizada por Anthony Hopkins como un hombre que rechaza toda asistencia de su hija mientras envejece.
Patricia López Arnáiz y Jone Laspiur, las protagonistas de “Ane”, fueron reconocidas como mejor actriz protagonista y mejor actriz revelación, respectivamente, por su trabajo en esta cinta sobre la dificil relación entre una madre y su hija. El filme, rodado en vasco, recibió también el premio a mejor guion adaptado.
Mario Casas, que debutaba como nominado, se llevó el Goya al mejor actor por “No matarás”, donde da vida a Dani, quien después de la muerte de su padre enfermo, al que había cuidado, decide retomar su vida. Recibió el premio rodeado por su familia, que corrió a abrazarlo al escuchar su nombre, y con una réplica del busto de Iron Man emulando al de Francisco de Goya.
Quien sí pudo tocar su estatuilla, la única en toda la noche, fue Ángela Molina. La actriz, una de las más destacadas de la Transición española y con una vasta trayectoria en cine, teatro y televisión a sus espaldas, salió al escenario arropada por un ballet para levantar el Goya de Honor a su carrera.
Molina, que forma parte de una saga de artistas iniciada por su padre, el cantante y actor Antonio Molina, dijo que recibía el galardón «llena de agradecimiento, llena de alegría y de serenidad. Alegría porque sois vosotros, mis compañeros de profesión, los que os habéis acordado de mí”.
“Nuestro cine ha marcado el calendario de mi vida, ha sido un viaje hacia el ser humano”, afirmó.
La 35ta entrega de los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, conducida por el actor Antonio Banderas y la periodista María Casado, se realizó en el teatro Soho de Málaga sin público presente, mientras los nominados seguían el evento por videoconferencia desde sus casas.
Comenzó con un momento de silencio y estuvo plagada de menciones y homenajes a las víctimas de la pandemia, que ha azotado con fuerza a España y al sector de la cultura. Tras meses cerrados, los cines y teatros del país funcionan en algunas partes con aforo reducido.
En un reconocimiento a quienes combaten la crisis sanitaria en primera línea, la enfermera Ana María Ruiz fue la encargada de anunciar el premio más importante de la noche: el de mejor película. Vestida con un elegante traje verde, recordó a los “fallecidos por salvar la vida de otros” y que España es uno de los países europeos con mayor tasa de contagios entre los profesionales de la salud.
El director Alejandro Amenábar y el actor Antonio de la Torre, encargados de entregar algunos de los premios, iniciaron sus intervenciones recordando a algunos amigos fallecidos a causa del COVID-19. El también actor Tristán Ulloa, que superó un caso grave de coronavirus al inicio de la pandemia en marzo del año pasado, participó anunciando uno de los galardones.
Nathalie Poza logró su primer Goya, a mejor actriz de reparto por “La boda de Rosa”, poco después de terminar una función en un teatro de Madrid y rodeada por sus compañeras de cartel. Poza, una cara habitual del panorama audiovisual español, dio las gracias “al público que habéis llenado las salas y los teatros”. En la categoría masculina, Alberto San Juan (“Sentimental”), que sumó su segundo Goya en tres nominaciones, aprovechó su momento para reivindicar el derecho a una vivienda digna.
Entre otros premios, “El año del descubrimiento” obtuvo dos: mejor documental y mejor montaje. La película retrata las protestas por el desmantelamiento industrial en Cartagena, una ciudad del sur de España, en 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla.
La cantante Rozalén se llevó el Goya a la mejor canción original por “Que no, que no”, de la película “La boda de Rosa”, y se lo dedicó a todas las mujeres que, como la protagonista de la cinta, asumen el rol de cuidadoras.
Entre las reacciones de sorpresa y euforia al saberse ganadores destacó la de Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi, responsables de la música original de “Akelarre”, que interpretaron una canción original a capela en vasco para sus agradecimientos.
Tras una intervención de Banderas para homenajear a los trabajadores del sector con menos visibilidad, desde conductores a taquilleros, figuras de renombre internacional como el puertorriqueño Benicio del Toro, los mexicanos Salma Hayek y Alejandro González Iñárritu, los estadounidenses Laura Dern y Robert de Niro, y la italiana Monica Bellucci realizaron apariciones en video para mostrar su apoyo al cine español.
Además de una orquesta, entre los pocos presentes en la platea del teatro, la argentina Nathy Peluso interpretó una versión de “La violetera” de Sara Montiel, Vanesa Martín puso voz al homenaje a los fallecidos de la industria en el último año, y Aitana cantó “Happy Days are Here Again” de Barbra Streisand.