Las nuevas formas de compromiso desde la sociedad civil

Las nuevas formas de compromiso desde la sociedad civil

¿Cómo actuar con ética, siendo responsables y solidarios, siendo profesional y queriendo ser un “buen ciudadano”?   Reflexionar y pensar sobre nuestra práctica profesional cotidiana pero sobre todo, como ciudadano. ¿Cómo ejercer nuestra ciudadanía, como ser ciudadano, como imponer cambios, como orientar la sociedad hacia más solidaridad, cómo hacer de la ciudad una ciudad de todos?  Debemos plantearnos nuevas formas de compromiso, una nueva ética personal que repercute en nuestra práctica profesional.

La forma de entender el compromiso ha cambiado. Tiene ahora formas nuevas. Los rasgos que caracterizaban sus formas anteriores tenían mucho que ver con la transformación socio-política de las estructuras sociales. Hoy el compromiso tiene un alcance menos utópico y menos político. Aunque el núcleo fundamental sigue siendo de naturaleza moral, las dimensiones políticas han sido sustituidas por dimensiones éticas personales. (Agustín Domingo Moratalla).

Hoy, el esquema de actuación es más complejo, el origen de las nuevas formas de entender el compromiso, se encuentra en las nuevas formas de sensibilidad. Con la emergencia de la sensibilidad, de la no-indiferencia, el compromiso adquiere dimensiones nuevas, que no tenía antes cuando se limitaba al cambio de las estructuras políticas y económicas.

La economía y la política se ven desplazadas forzosamente por la Ética, la Estética y la Religión, incluyendo la “sacralización de la naturaleza” como nueva religión.

El compromiso nuevo es un ejercicio o  una práctica de la voluntad, un entrenamiento en la responsabilidad, una puesta en forma de la libertad. Comprometerse es un ejercicio de resistencia que realizamos cada día para no sucumbir a la mediocridad, la indiferencia o la insensibilidad.

En estos días hablamos del compromiso  en plural porque queremos ser: solidarios, profesionales eficientes, padres ejemplares y ciudadanos respetables para ser respetados pero no somos activistas “a la antigua”, (ya no existen casi los partidos y los sindicatos, en todos casos, no reclutan, no forman, no convencen porque los que sobrevivieron, siguen indoctrinando) no somos soldados (no queremos alistarnos, somos libres como Toy jarto, la Revuelta), no somos moldeables, (Internet despierta nuestra propia conciencia), inventamos nuevas formas (campamentos, encadenamiento) pero no podemos organizar una manifestación de masa,   a pesar de los numerosos motivos nobles: somos la nueva sociedad civil.

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