Elpasado sábado ?conversamos? de varios aspectos que tienen que ver con el moderno mundo tecnológico en que nos desenvolvemos y cómo las tecnologías inciden en nuestra cotidianidad. Son muchos los cuestionamientos que nos hacen como neurocientista y debemos aceptar con cierto pesar que no tenemos en muchos de los casos una respuesta válida. En ocasiones, pacientes, amigos y familiares cuestionan, y de tener yo respuestas a muchas de esas preguntas tendría este humilde mortal el privilegio de ser el primer Premio Nobel dominicano.
Algo que tenemos claro es que esta nueva revolución impulsada por las tecnologías disruptivas está ya provocando cambios de paradigmas que afectan todos los niveles y sectores de la sociedad. Algunas muestras:uno de los mayores medios de comunicación del mundo hoy en día no crea contenidos: se llama Facebook.La moneda más valiosa del mundo es el bitcoin, pero no existe físicamente. La mayor compañía de taxis no tiene vehículos: Uber, y así una serie de nuevas condiciones digitales que son un gran reto y que nos obligan a adaptarnos a los cambios tecnológicos.
En la actual era digital, llevamos el teléfono inteligente colgando en la cintura y los auriculares en las orejas. Siempre tenemos a mano un celular y nos desesperamos cuando no hay conexión. La revolución de la alta tecnología nos ha sumido en un estado de ?atención parcial continua?. Lo que Linda Stone describe como estar permanentemente ocupados –siempre atentos a todo pero sin centrarnos nunca de verdad en algo concreto- la atención parcial continua, es diferente a la multitarea, porque en esta última, sí tenemos un objetivo para cada tarea e intentamos mejorar la eficiencia y la productividad. Hoy charlamos de forma virtual, pero esto solo lo manejamos a través de nuestra atención periférica.
Al prestar atención parcial continua, ponemos nuestros cerebros en estrés. Decía el sábado pasado que ya no tenemos tiempo de reflexionar, de meditar y tomar decisiones sensatas. Todo el que ha estado por horas frente a su computadora habrá notado que el cerebro tiene una sensación de pérdida del control y disminución del bienestar personal. El cerebro humano no está diseñado para mantener eseseguimiento por períodos extensos y menos frente aesa conectividad digital y eso nos hace cometer errores.El cansancio, la irritabilidad la distracción nos agobia en esos excesos tecnológicos, es como si nuestro cerebro se envolviera en una ?niebla digital?.
Los jóvenes de hoy dedican menos tiempo que nunca a la lectura por puro placer, dirán ellos para que perder el tiempo frente a una cadena de palabras sosas e inmutablescuando nos podemos divertir e informar con las imágenes visuales y auditivas de la computadora y el celular, en constante chateo con nuestrosamigos on-line. Un elevado porcentaje de los adolescentes que avanzan hacialos veinte años siguen exponiendo endemasía sus cerebros aun maleables a una tecnología digital compleja. Más de un 80% de los jóvenes usan la computadora. Lo que separa nuestra generación de la de ellos no es solo el uso excesivo, si no por igual que son más dados a los mensajes instantáneos distorsionando la gramática.Ejemplo, escribirTQM no creo que tenga ni la musicalidad ni la rima de decirle personalmente a un ser querido te quiero mucho. Estudios en jóvenes han demostrado que ellos utilizan en sus cerebros para valorar la empatía un área en el territorio temporal debajo de la sien y nosotros los mayorcitos el área frontal, que es la que nos hace seres sociales. Todos estos cambios son consecuencia de esa revolución digital, con pesar debemos de aceptar que la empatía, la consideración y la solidaridad les han cambiado por el uso de la tecnología. De este interesante y amplio tema seguiremos ?conservando? en otra entrega.