Las obras completas de León David

Las obras completas de León David

Literatura. Aparecen en las librerías, con un nuevo empaque y singular cuidado, tres tomos de la dilatada obra de León David, uno de los más prolíferos y diversos autores del país. Celebrar este acontecimiento es también una invitación a estudiar sus propuestas literarias. La obra literaria de León David es una de las más hermosas aventuras en la que se hermanan la simbolización y el pensamiento. De una alcurnia literaria que se inicia a principios de siglo XX, dos de sus familiares más cercanos realizaron estudios en Alemania y Francia (su abuelo y su padre) por lo que es la continuación de una casta intelectual de primer orden. Un orden que el autor ha querido esconder bajo su seudónimo. Este elemento es fundamental para ver la trayectoria de este autor, nacido en el exilio y compañero en su infancia y adolescencia de su padre (Juan Isidro Jimenes-Grullón) en la trashumancia que les impuso la dictadura trujillista.

Los estudios en universidades europeas y su vida en América Latina le ayudaron a afianzar lo que ya era corriente en su familia: una visión completa del mundo, sus problemas y sus saberes. Seguidor de una tradición del pensar y el accionar, León David se forma como un intelectual para el que no hay saber o arte que le sea ajeno. León David es poeta, ensayista, dramaturgo, actor, periodista, animador cultural y crítico, en el sentido más amplio de la palabra. Sus críticas versan sobre pintura, teatro, música y literatura.

No ha sido nunca un dechado del especialismo, enfermedad intelectual que ha afectado al siglo que le vio nacer. Como hombre culto ha buscado en los saberes las formas de simbolizar y pensar su tiempo. En la literatura, que ha sido el centro de su vida, ha cultivado la poesía. No la poesía a ciegas sino una poesía pensada desde una poética que no ha dejado de encontrar las concomitancias de lo clásico con la modernidad (véase sobre este aspecto su ensayo “El lenguaje de la poesía”). Su obra poética es variada. Y lo es desde la publicación de “Poemas” y “Compañera: poemas de amor para Ulla”, libros en los que trabaja la poesía de versos libres, las formas vanguardistas, y el soneto.También, une lo clásico y lo popular en las coplas y las décimas en “Coplas del tiempo añejo”, o “Cincuenta sonetos para espantar la muerte”.

He esbozado en otra parte de la diversidad de estilos en la que escribe su poesía que, desde una noción clásica de la literatura, recorre todas las formas. Y me preguntarán si esta búsqueda formal es signo en sí misma de calidad literaria. Y mi respuesta no es afirmativa, pero puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que posee una calidad literaria que se puede apreciar en el trabajo lingüístico, en las formas de las disposiciones métricas: en el acariciar a la gran poesía. Este extremo permite que valoremos a un poeta de fuerte raigambre clásica, que escribe desde una tradición que conoce y busca transformar. Y es en este filón de su obra donde reside, lo que es para mí un gran valor, el acaecimiento de su escritura. En fin, notará el lector avezado la idea y la práctica del artista que recorre todos los estilos, sabiendo ser en cada uno adelantado, novedoso y hasta un ave rara en nuestro medio. Con la diversidad de formas que caracteriza el estilo de León David podríamos decir que su escritura lo marca porque es él, el mismo sujeto que organiza el sentido en la obra.
Los contextos en que se instala su poesía son, también, muy variados: empecemos por el tema del amor, el del hombre y sus cuitas; el tema del ser, como en sus sonetos metafísicos; hablemos del hombre en “Poemas del hombre nuevo” o en la alienación del sujeto social, dominado por el mercado, el comercio, y la vida instrumental, como lo trabaja en “Poemas del hombre anodino”. Hablemos, además, del compromiso social en “Intento de bandera”… o del tema metafísico en “Sonetos metafísicos” y “Los nombres del olvido”, donde hace homenaje a la poesía de Jorge Luis Borges. Vista así, la poesía de León David es variada en forma y también en su sentido.

El trabajo de escritura poética lo ha acompañado León David de una impenitente reflexión sobre el arte y, esencialmente, sobre la poesía, de lo que podemos hablar al trabajar con su ensayística. Por ahora vale apuntalar que la reflexión poética, la teorización de la poesía, ha sido compañera constante de su escritura, aspecto que hace de León David uno de los pocos creadores que, aparte de realizar la práctica de la escritura, han basado su acción en una reflexión sobre la especificidad de su oficio. Asunto este que se puede observar desde el inicio de su tramo dominicano luego de su arribo definitivo al país en 1983, con la publicación de sus artículos en la prensa nacional y que más tarde fueron editados en los dos tomos bajo el título unamuniano de “Adentro” y otros no menos importantes libros que se presentan en estas obras completas.
Y ya referido este libro entremos en otra faceta de nuestro autor. León David ha sido un ensayista de la cotidianidad, de los problemas humanos, sociales, políticos, de la relación del hombre y su destino…“los adentros” constituyeron una crítica social, para una sociedad que había de pronto salido de la épica de la posguerra y se adentraba en una crisis económica que sacudió sus cimientos y posibilitó la emigración de millares de dominicanos. Los nuevos lectores tuvieron una reflexión civil, psicológica, una manera multidisciplinaria de ver la realidad en un tiempo donde las ideologías que forjaron las épocas anteriores daban sus últimos signos de vida, y si no fuera así, quedaban como entelequias. A la escritura de “los adentros” siguió la práctica cultural y social del escritor y un desplazamiento de las zonas urbanas y suburbanas.
La ensayística de León David que se inaugura con “Adentro” marca su derrotero como opinante, en el buen sentido que usaba Unamuno este vocablo. Son textos que permiten que los lectores puedan adentrarse en sí mismos, en su conocer y en su sentir, para realizar (mayéutica solitaria) una reflexión, un decir del ser y de la otredad. El adentro unamuniano acompañará al autor y su ensayística y se desplazará a otra forma clásica: los diálogos al estilo de Platón, donde la mayéutica y la dialéctica son irreductibles. De ahí surgen sus libros que tratan la filosofía y la teoría del arte y los problemas del arte actual: “Diotima”, “Jenócrates”y “Filoxeno”, obras que tienen las bondades de la amenidad en la exposición, la profundidad de las ideas y la afloración de una escritura de indudable valor léxico y magistral composición.

En esta etapa el escritor ha hecho tanto énfasis en el estilo, que a veces parece que la forma estuviera por encima de la discursividad que estas obras pretenden. Pero no es así, ha querido y ha logrado León David construir una obra de orfebre y nos ha dejado el legado de un escritor que en sí mismo muestra caminos para todo aquel que quiera aprender a pensar y a escribir.

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