Las odiosas caras de los apagones

Las odiosas caras de los apagones

POR MARGARITA QUIROZ
Otra noche sin poder dormir: calor, mosquitos, procesos alérgicos, falta de agua,  alimentos dañados en la nevera y ni hablar de poder leer un libro o ver televisión. En verdad, estos últimos meses se han convertido en un infierno y  para “variar”, a la falta de combustibles, los altos precios de la canasta familiar, la devaluación de la moneda nacional y quiebras de comercios y bancos se le añade el denominado “black-out” lo que en buen español se llama apagón general.

Es decir, que la crisis energética ha tocado fondo y para los que dicen conocer la intríngulis de este “mal heredado” en el país, en cuanto asunto energético se refiere, ha retrocedido a los años 80.

Esta es la realidad. Pero, ante esta crisis ¿de qué forma la salud del dominicano puede verse afectada?, ¿cuáles patologías puede sufrir?, ¿cuáles trastornos psicológicos? y ¿qué puede hacer para que los alimentos que tiene en la nevera no se dañen?

Con el interés de contestar estas interrogantes y llevar alguna solución ¡VIVIR! entrevistó al psicólogo Rafael Nadal, la nutricionista e internista Dolores Mejía De la Cruz y la dermatóloga Sandra Cabrera.

UN REFUERZO A LA DESESPERANZA

Según el psicólogo Rafael Nadal, la falta de energía eléctrica puede causar en las personas una desesperanza aprendida producto de que ésta es una situación que vienen arrastrando todos los gobiernos sin que hasta el momento se vislumbre solución alguna.

Esto puede traer como consecuencia, a entender del especialista, una depresión o ansiedad colectiva y es entonces cuando las personas comienzan a tener pensamientos irracionales y se vuelven, apáticas, aburridas y en caso extremo agresivos pasivos.

La presión mental que genera la falta de energía eléctrica además, puede ocasionar problemas conyugales ya que no todas las personas saben desligarse adecuadamente de ciertas situaciones.

“Los conflictos inconscientes sin resolver en una relación de pareja pueden salir a flote en momentos angustiantes como los que originan los apagones y  convertirse en estrategias para negarse a compartir y hasta tener relaciones sexuales”, explica Nadal.

A parte de la presión que genera no saber cuándo llegará la luz, la pérdida de sueño, también a juicio del especialista, puede afectar el sistema nervioso y esto traducirse en una deficiencia  en el desempeño cotidiano de la persona.

NIÑOS, LOS MÁS AFECTADOS

A entender de la dermatóloga Sandra Cabrera, cuando se producen suspensiones energéticas prolongadas la población más afectada son los niños, pues el organismo sufre alteraciones que van a repercutir a nivel de la piel.

Una de las afecciones dermatológicas más frecuentes en niños es lo que comúnmente se conoce como salpullido (Miliaria) lo que ocasiona irritación a nivel del cuello, espalda, pecho, nalgas y brazos.

Hay que tener claro que a mayor calor más sudor y este último es uno de los irritantes naturales más fuertes, causante de serias afecciones en la piel, como es el caso de los famosos paños (Pitiriasis  vercicolor), que produce un hongo llamado Malasseisa-furfur.

Según Cabrera, otras de las afecciones de la piel, que en estos momentos es objeto frecuente de consultas médicas, en caso de adultos, son las irritaciones en las axilas, originadas cuando el sudor entra en contacto con compuestos químicos que contienen algunos desodorantes.

Los hongos en la planta de los pies, dentro de los dedos y en las uñas figuran además como las enfermedades más frecuentes que puede padecer una persona cuando está obligada a soportar calor.

También, en tiempo de constantes apagones son frecuentes las picaduras de mosquitos, sobre todo en bebés, lo que puede desencadenar en infecciones de la piel.

Ante esta situación, la especialista recomienda el uso de mosquiteros,  aún en  pocas horas de descanso, usar repelente, ropa de colores claros y de algodón 100% así como filtro solar, todo el tiempo.

Además, se recomienda usar talco medicado para los pies, media de algodón y dentro de lo posible zapatos de piel para así prevenir la humedad que provoca la sudoración.

Las personas que sudan mucho deben tomar baños cortos varias veces al día ya que cuando se dura mucho tiempo en el baño la piel se reseca. Además, deben  usar jabones con un PH que no irrite la piel. Podría ser jabones con PH 5.6  parecido al de la piel.

LOS ALIMENTOS

Aparte de los problemas gastrointestinales que sufren las personas al consumir alimentos mal preservados producto de los prolongados apagones, el presupuesto familiar se reduce ya que las amas de casa se ven obligadas a ir varias veces al supermercado.

Como bien explica la nutricionista Dolores Mejía De la Cruz, en este momento de crisis energética lo recomendable es comprar alimentos perecederos que no necesiten refrigeración. En caso de que se desee consumir frutas y vegetales se deben comprar en pequeñas cantidades para evitar que se dañen, producto del calor, aunque las frecuentes visitas al supermercado implique mayor trabajo para las amas de casas.

Una alternativa es preparar la cantidad exacta de alimentos que se va a consumir y en caso de que sobren, deben guardarse en un envase higiénico y herméticamente cerrado. También, se debe tener en cuenta el grado de cocción del alimento y saber cuál es la vida media dentro de  la nevera antes y después de ser cocido.

Dentro de los alimentos que los dominicanos comen con más frecuencia y resultan vulnerables al calor figuran las carnes, pescados, fruta y vegetales por eso hay que tener claro que sí se consume en estado descompuesto puede ocasionar serios problemas intestinales como la salmonelosis.

“Cuando los alimentos no se refrigeran adecuadamente, colonias de bacterias tienen el clima ideal para multiplicarse y dañar otros alimentos y si se osa consumirlo en ese estado lo que se ingiere es un veneno”, explica Mejía.

Mejía, quien también es internista, explica que esta crisis energética aparte de provocar enfermedades contribuye a empeorar el estado de salud de personas que sí están y a la vez aumentar las consultas de emergencia por casos de hipertensión, cuadro agudo de asma, problemas cardíacos, accidentes cerebro vasculares, entre otros.

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