LAS OTRAS MONARQUÍAS
del Medio Oriente y las demandas de apertura

LAS OTRAS MONARQUÍAS <BR>del Medio Oriente y las demandas de apertura<BR>

Camino al exilio

El lamento del tren enciende el dolor de los túneles
Rugiendo a lo largo de los rieles de recuerdos eternos
Mientras yo me pego a la ventana
Con la mitad de mi corazón
Y la otra mitad en la mesa
Jugando al poker con una muchacha de muslos desnudos
Con dolor y estupor, ella pregunta
Por qué mis dedos se caen a pedazos,
Como la madera de viejos ataúdes,
Y por qué son ansiosos, temerosos de no poder asir nada
Yo le hablo sobre mi patria
Y sobre las banderas
Y sobre la colonización
Y sobre la gloria de la Nación
Y sobre el sexo en los baños públicos
Entonces ella se recuesta, con su cabello mojado, sobre mis lágrimas,
Y no entiende
Mientras, en la otra esquina
Mozart esparce sus tonadas por encima de los valles cubiertos de nieve
Mi patria está triste más allá de la necesidad
Y mis canciones son agresivas, tercas, y tímidas
Yo me estiraré en la primera acera que toque en Europa
Y sostendré en alto mis piernas a los peatones
Para mostrarles las marcas de las golpizas escolares, y las de las cárceles
Aquellas que me trajeron hasta aquí
Lo que yo cargo en mi bolsillo no es un pasaporte
Sino una historia de opresión
En donde, por espacio de cincuenta años, hemos estado masticando una dieta animal
Y discursos
Y cigarrillos hechos a mano
Mientras nos erguimos ante el patíbulo
Observando nuestros propios cadáveres colgantes
Y aplaudiendo a los gobernantes
Por el miedo por nuestras familias
Cuyos archivos llenan los sótanos de edificios del servicio secreto
Donde la patria
Comienza con el discurso del presidente
Y termina con el discurso del presidente
Y en medio de esto, están las calles del presidente, las canciones del presidente, los museos del presidente, los regalos del presidente, los árboles del presidente, las fábricas del presidente, los periódicos del presidente, el establo del presidente, las nubes del presidente, las botas de campo del presidente, las estatuas del presidente, las panaderías del presidente, las medallas del presidente, las amantes del presidente, las escuelas del presidente, las granjas del presidente, el agua del presidente, las órdenes del presidente…
Ella mirará fijamente durante mucho tiempo
A mis lluviosos ojos humedecidos de saliva
Entonces ella preguntará: «¿De qué país eres tú?»
 
Adnan Al-Sayegh

La verdad es que para entender no solo la lógica ideológica de la monarquía, sino del delicado, conflictivo, peligroso y complicado mundo árabe, es una tarea casi imposible. Los enfrentamientos entre las diferentes corrientes del islam, las alianzas internacionales a favor o rabiosamente en contra de Estados Unidos, la riqueza petrolera de la zona, alimento esencial del capitalismo desarrollado y en medio de ese mundo árabe, Israel y su agresiva política defensiva, convierten a ese mundo en verdadero rompecabezas, en un enredo difícil de desenredar.

 No soy especialista en el tema ni mucho menos, soy solo una mujer curiosa y ávida del conocimiento. No pretendo ahora convertirme en experta sobre el Medio Oriente, porque tengo en mi ruta intelectual la exploración de otros mundos. Sin embargo, decidí leer a los que han estudiado el tema.  Buscando en las redes del inmenso mundo de la cibernética localicé un trabajo del profesor Carlos Rey García, miembro del Grupo de Política Internacional [i] que me pareció muy interesante para entender lo que está pasando, especialmente desde el 2010. A su juicio, el conjunto de eventos políticos y los estallidos sociales en África y Oriente Medio constituyen el mayor cambio que se ha visto en el Mundo Árabe en los últimos 50 años.  El enfrentamiento entre dos grandes corrientes, o como él denomina, el binomio entre el Panarabismo laico y republicano versus monarquías pro Occidente.

 Carlos Rey, para hacer su análisis se retrotrae a los acontecimientos después de la II Guerra Mundial.  A su juicio, el descrédito de los modelos monárquicos trajo como consecuencia el surgimiento del Panarabismo laico, pero así como nació fue desapareciendo: “Este Panarabismo, que en principio ofrecía una alternativa transformadora de las sociedades tradicionales árabes caracterizada por su naturaleza igualitaria y desarrollista, va perdiendo sus señas de identidad a lo largo de los años 80 y 90 del siglo XX[ii]

 El desinfle del Panarabismo permitió, dice el autor, que las monarquías aliadas a Occidente se fortalecieran, a saber, Arabia Saudí, Jordania, Marruecos, Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Durante varios años  estas monarquías contaron con el apoyo de Occidente, aplicando la autocracia, políticas de terror, corrupción, compra de voluntades del pueblo llano y derroche, mucho derroche.  El Rey o como se llame, era y lo es todavía, el Jefe del Estado, y todos, absolutamente todos, deben cumplir su voluntad.

 Carlos Rey García sostiene que el resquebrajamiento del poder monopólico de estas casas reales comenzó con el impacto cultural e ideológico que provocó la internacionalización de las comunicaciones, al provocar el conocimiento de nuevos paradigmas. Asimismo, considera que los cambios que se han producido en las estructuras demográficas y sociales han socavado la base de estas monarquías. En la actualidad, afirma, el 50% de la población cuenta con menos de 30 años, y, lo más grave e interesante, es que estos países ya no son campesinos, sino urbanos, creando graves problemas, porque esta migración no fue planificada y la concentración ha impactado estructuralmente a la educación, la sanidad y la vivienda.

 Estos sucesos han creado olas de protestas inadmisibles en sociedades tan autárquicas.  La falta de democracia, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, la marginalidad de la mujer y sobre todo el patrimonialismo de las riquezas públicas a favor de sus reyes y séquitos.  Su conclusión final es muy, muy, muy interesante, tanto que la copio íntegra:

 “Tradicionalmente se ha achacado la incapacidad de las sociedades árabes para articularse según los estándares occidentales en términos de Democracia, Desarrollo Económico y Libertades Individuales, al hecho de que la historia social y política del Islam, que hasta la Edad Moderna superaba al Mundo Occidental en todos los ámbitos del conocimiento, se vio truncada en su evolución por no haber experimentado un Despotismo Ilustrado, una Revolución Francesa y una Revolución Industrial. Y, sin embargo, la ola de descontento, el ansia de libertad que recorre el Mundo Árabe en las últimas semanas recuerda, de alguna manera, a los cambios que pusieron al hombre común en el centro de la vida política, intelectual, social y cultural en la Europa de finales del XVIII y principios del XIX.

Así, de la noche a la mañana los súbditos descubren su condición de ciudadanos y cuestionan a la Clase Dirigente, ocupan la calle y derriban regímenes autoritarios”.[iii]

 Con esta reflexión final de este informe condensado y denso, se pone sobre el tapete el verdadero problema: queremos analizar todas las realidades desde la perspectiva occidental. Cada realidad tiene su propia historia y su sistema de valores. Esto no niega un hecho incuestionable y es la mimetización de las sociedades. Occidente ha ganado la batalla.  De todas maneras, las monarquías aliadas a Occidente tendrán que abrir sus sistemas políticos, otorgando la condición de ciudadanos a sus súbditos, y abriendo las puertas en grande al desarrollo de la mujer. Una contradicción muy interesante, porque defienden el modelo occidental a nivel puramente económico, se saben una fuerza importante gracias al oro negro, pero niegan con los hechos el valor de la libertad y la condición de ciudadanía a sus pueblos, los dos grandes estandartes de la democracia occidental. ¡Oh Dios!, ya lo dijo alguien, al Señor Mercado no le importa casarse, tener amantes o compañeras que se llamen Dictaduras, Monarquías Sanguinarias o Democracia.  Cambia según el número azul de sus valores y cifras. ¡Maldito dinero!
 
mu-kiensang@pucmm.edu.do
sangbemukien@gmail.com
@MuKienAdriana

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