Las palabras de la ley

Las palabras de la ley

JULIO BREA FRANCO
El anteproyecto de reforma constitucional que ha circulado no se encuentra en Internet. El que lo tiene es porque alguien se lo ha enviado. Quizás el origen sea una filtración del documento desde la misma comisión que lo redactó. A nuestras manos llegó de reciente vía relacionados distintos. Que circule no es reprochable aunque hubiese sido mejor si hubiera sido difundido desde la misma fuente original. El secreto produce esos efectos.  Aún con el documento a la vista queda siempre el interés de conocer las motivaciones de la misma comisión redactora que explicarían su contenido. Avanzar especulaciones y, peor aun, juicios precipitados sin tomarse el esfuerzo de hacerse de una mínima cultura constitucional, no parece ser una actitud deseable. Lo mismo vale para los redactores: no hay justificación para los excesos de susceptibilidad.

Es cierto que no se puede pedir mucho en los tiempos que corren cuando donde la ecuanimidad está siendo un valor escaso. Cada día es más frecuente ver profesionales, economistas y científicos sociales que se producen con tanta cerrazón, paraojos, apasionamiento y arrogancia que se asemejan más a los políticos de poca monta.

Decir que el documento es extenso es una cosa y contabilizarla es otra. La aritmética ayuda a verlo en magnitudes comparables. El anteproyecto tiene 24 mil 572 palabras, esto es, más de 11 mil 961 palabras que la Constitución vigente. Por consiguiente, es dos veces su extensión. Se podría entender un aumento en las 12 mil 600 palabras del vigente pues hay novedades en el anteproyecto. Sin embargo, el indicador nos invita a examinar el documento en clave de concisión.

La sistemática del anteproyecto es mucho más detallada que la Constitución vigente  lo que no es malo siempre no se abuse. El texto vigente está organizado en títulos, secciones y artículos. El anteproyecto también en títulos, pero incluye capítulos, secciones, sub secciones y artículos. El actual tiene 14 títulos, el anteproyecto 13; no contiene capítulo alguno mientras que el anteproyecto tiene 27. Existen 19 secciones en la actual Constitución pero se proponen 43 y 4 sub secciones. En cuanto a la cantidad de artículos de 124 actuales se pasa a los 289 de la propuesta.

Del análisis de la sistemática se advierte que fue bien construida, con buena lógica y dominio de la materia constitucional. Los comisionados han realizado un muy buen trabajo de montaje. Está todo y bien organizado. Esa es una virtud.

Pero es demasiado extenso. Se detalla mucho, muchas veces innecesariamente. De ahí que habría de realizar una revisión detenida  preferiblemente por una comisión de estilo  para tornarlo más conciso, y lo más claro que sea posible.

Una Constitución no puede ser un texto para especialistas. Se escribe también para que sea comprendida por la mayor cantidad de personas de diferentes niveles sociales y culturales. De lo contrario, pierde utilidad práctica apoyar reivindicaciones, reclamar contra los violadores en el poder o en la oposición. Hemos acumulado demasiada mala experiencia en textos y artículos infames, poco entendibles, ambiguos y oscuros hechos con el propósito de manipular.

Mas allá de la clásica dicotomía breve/extensa en que la doctrina clasificaba las constituciones (se consideraba larga las que excedían las 6 mil palabras) lo cierto es que la virtud de la precisión se ha perdido. Hay un gusto por la retórica democrática pero también la extensión es una argucia para consensuar la multiplicidad de grupos mediante incisos, párrafos y aun artículos de dudosa necesidad.

El anteproyecto   en sus aspectos formales  representa un excelente punto de partida para el afinamiento. Requiere poda, es cierto, pero ello no implica dejar de lado preceptos programáticos de derechos de tercera y cuarta generación. Incluirlos no constituye una invitación a desprestigiar el texto. Afirmar eso es hablar por hablar y no entender que la gran mayoría de las constituciones de hoy día los incluye con el propósito de recordar a los gobernantes las responsabilidades del Estado e indicarles hacia dónde es que deben caminar.

jebfa@verizon.net

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