Las palabras hervidas

Las palabras hervidas

Ventoldo explicó aquel día: “es ventajoso” para los poetas tomar cinco palabras comunes y corrientes y “pasarlas por agua”, como se hace con los huevos. –Por ejemplo, usted escoge: fogón, escoba, sábana, zapato, borrachera; una vez hervidos, estos vocablos vulgares se dejan secar “al sol de la memoria”. Entonces, para la confección del poema se requiere “dorar otras palabras” que no sean usuales, como esas primeras cinco. Otoño, estuche, recuerdo, horma, licor, son “palabras domingueras”, porque no se pronuncian todos los días. –¿Ventoldo, como se doran las palabras que no son corrientes? –Para que se abrillanten hay que saber usarlas –antes o después– junto con palabras hervidas que ya están arrugadas por el uso.

–Una palabra puede “dar sombra” a otra o dejarla expuesta a plena luz. La habilidad del poeta consiste en “valerse de palabras comunes para amortiguar las pretensiones de las domingueras”; o al revés, usar voces cultas para “resaltar el valor de las de todos los días”. No es lo mismo decir: “el fogón de mis recuerdos”, que “el recuerdo de mis fogones”. En el primer caso se trata de una evocación probablemente erótica; en el segundo, no es más que un asunto doméstico de cocina. Fogón, es una palabra común; recuerdo, es “una voz con prestigio sentimental”.

–Cuando yo termine el proyecto –y el diseño– de la máquina de hacer poemas, pondré estas cosas en “un programa de ordenamiento sintáctico”. No es igual que hables de “las escobas del otoño”, de las muchas cosas que barre la llegada de la vejez, que menciones “los otoños de escobas”, que es un problema de jardinería –por el exceso de hojas que caen de los árboles–. Naturalmente, todo esto no es más que un ejercicio preliminar para llegar a la poesía en grande.

–¿Cuál es la poesía en grande? –Oh, la del futuro, la que “será producida a máquina, quizás en altísima escala”. –¿Qué haríamos en la ciudad colonial con tanta poesía? –Podríamos exportar belleza artística y literaria. De ser un país exportador de materias primas sin elaborar, pasaríamos a “exportar creaciones culturales”. –No comprendo bien como se logrará eso. –No lo comprendes porque eres cuerdo; la cordura es una forma de incapacidad.

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