Por ROSARIO TIFÁ
El mundo de la moda se presenta cada vez más interesante con la aparición de nuevas tendencias que no se detienen en lo retro, y se mezclan además en una divertida trayectoria hasta tocar lo étnico.

Una posición que han asumido los diseñadores internacionales, responsables de pautar lo que se lleva cada temporada y lo que se queda con sus modificaciones, confiriéndole de esa manera a la moda un mayor atractivo y dinamismo.

De ahí que cada temporada aparezca en el escenario del diseño de ropa, así como en el complemento del vestuario, corrientes culturales determinantes en cada país, asumidas con un toque renovador y moderno.

Esto ha permitido a la mujer actual lucir una pieza influenciada por la cultura hindú, china, marroquí y norteamericana, para citar algunos ejemplos, con una constelación de colores y texturas adaptables a los países de cada región.

La mujer del trópico, propiamente de los países caribeños, ha sido la mayor favorecida de una moda que aunque se pinta universal, tiene la particularidad de ser asimilada y aceptada sin el mayor riesgo por su ponibilidad y facilidad de combinación.

La diseñadora hindú Nikka, con residencia hace unos años en Nueva York, acogiéndose a esas facilidades, ha creado líneas muy originales, elegantes y coloridas.

Su colección de fiesta está cargada de mucho brillo, representado en las lentejuelas, canutillos, mostacillas y pedrerías, montadas en telas de colores neutros, intensos y pasteles.

En ella aparecen coquetos vestidos, blusas de diferentes cortes, pantalones y faldas para ocasiones formales e informales.

Sus diseños se ofertan en reconocidas tiendas como Barniey y Nortron en Nueva York y en República Dominicana en Appararé, situada en el segundo nivel de Plaza Castilla, en esta ciudad. Su propietaria es Jenny Cabral.