Las percepciones neuronales

Las percepciones neuronales

José Silié Ruiz

La percepción de las neuronas, que son las células que forman nuestro sistema nervioso tanto central (cerebro y médula) como el periférico los nervios que nos recorren. Siempre han existido “controversias” y no existe hasta hoy un punto de vista que pueda explicar todo lo referente al manejo de esas percepciones sensoriales de modo convincente.

Es decir, que todo lo que apreciamos día a día, incluida la gravedad, el espacio y el tiempo, todo cuanto existe en el cosmos, desde una sonrisa hasta la energía oscura es el resultado de la inteligencia de la vida, y estas fuerzas conforman el sustrato donde las personas imprimimos nuestra diaria realidad. Siempre que decidamos tener una postura lineal; en ese decidir perdemos la visión holística de la vida. Solo desde una visión no lineal podemos abordar si hay una sola vida que vivimos entre todos o es algo individual de cada individuo. Sustento que todo debe ser visto como percepción no lineal, tanto en la física como en la política, en las relaciones de pareja, en la medicina o en las complejas emociones humanas. El enfoque lineal es tubular, simple, llamado también pensamiento vertical, apoyándose más en los datos absolutos que en la intuición, el riesgo y la creatividad como otras formas de pensamiento más abiertos.

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Hace doscientos mil años se produjo un hecho sin precedente en la historia de la humanidad, los seres humanos evolucionamos de Homo sapiens, hombre que piensa, a Homo sapiens, sapiens, hombre que piensa y sabe que piensa. La huella anatómica de este salto quedó reflejada en un diminuto y fascinante rincón del cerebro conocido actualmente como ínsula (asociada a la memoria), conecta lóbulos frontal, temporal y parietal. Lo primero que hace el cerebro es que recibe información de todos los órganos sensoriales a través de canales muy diversos. Solo tras su combinación e integración sensorial se forma entonces una impresión completa unitaria de nuestro entorno, es decir, que usan información de una y otra fuente. Un ejemplo de este cruce sensorial son las áreas superiores auditivas, donde también se procesan estímulos visuales y táctiles, se pudiera decir, “así que los ojos y los dedos también oyen”.

El cerebro tiene su sinergia, un ejemplo es la percepción del lenguaje. La palabra hablada no solo se trasmite acústicamente, sino que, además, los movimientos de los labios proporcionan valiosa información. Conocí un ejemplo cercano: esa persona sorda podía perfectamente conversar con usted solo viendo el movimiento de los labios del interlocutor. Gemma Calvet, de la Universidad de Oxford, observó en el año 2001 que la percepción del habla aumentaba las actividades del sistema visual y auditivo, y se presentaban estimuladas en simultaneidad. Algunos plantean que quizás es la corteza auditiva secundaria el lugar donde se da la “integración sensorial”, antes de llegar al tálamo, una especie de avellana, que es la estación de control, es el que permite que lleguen los estímulos sensoriales a la corteza cerebral para discriminarlos. En cualquier caso, parece meridanamente claro que la mayor parte del cerebro se ocupa de combinar las informaciones provenientes de los diferentes sentidos. En comparación, notar que solo una pequeña fracción de nuestro cerebro se dedica a un solo sentido. He aquí un resumen del interesante ejercicio de la percepción.

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