Estamos esperando por la definición del equipo. Este sábado habló Lionel Scaloni, pero no confirmó cómo va a formar la selección argentina. El equipo tiene muchas variantes, maneja muchos sistemas y no cualquier entrenador tiene la posibilidad de cambiar. De hecho, Francia, que será el rival en la final del Mundial, es un equipo que juega siempre igual.
Logicamente, la dinámica del partido hace que las estructuras se rompan y los equipos se descompongan, pero siempre arranca con línea de cuatro defensores, dos volantes de contención en la mitad de la cancha que son Aurélien Tchouaméni y Adrien Rabiot, vamos a ver cómo está este último con el famoso “virus del camello”, tiene a Ousmane Dembélé por un lado, Kylian Mbappé por el otro, Olivier Giroud por el medio y Antoine Griezmann es el hombre flotante del ataque.
No podemos decir lo mismo de Argentina. Tiene todas las variantes, juega con cuatro defensores, pero ha jugado con tres o cinco, ha jugado con doble volante central (Leandro Paredes y Enzo Fernández), lo ha hecho con tres mediocampistas. Entonces, tiene muchas opciones; veremos cuál es la que utilizará Scaloni en este momento. El esquema con tres defensores le da mucha seguridad al equipo argentino, pero ante un elenco que ataca como Francia no sé si es lo aconsejable. Creo que va a jugar Acuña y su duelo contra Dembélé puede ser muy interesante.
¿Qué es lo mejor para Argentina? Seguramente, una de las dudas pasa por si Nahuel Molina debe aprovechar el nulo compromiso de Mbappé por la marca o poner a Gonzalo Montiel para contenerlo. Hay muchas cosas que están confirmadas. Hay una base y una estructura sólida que va a jugar el partido y no se los toca. El arquero, la dupla de centrales, Marcos Acuña, Rodrigo De Paul, Enzo Fernádez y Alexis Mac Allister son inamovibles. Logicamente, van a jugar Lionel Messi y Julián Álvarez.
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La versión es que está bien Ángel Di María. ¿Qué se hace con él en óptimas condiciones? ¿Es el As de basto que se guarda en el banco de suplentes para corregir una situación del partido o el Ancho de espada con el que entro para intentar sentar las bases al inicio del encuentro? Ahí está la diferencia.
Lo que hay que marcar es que el mundo del fútbol espera, de forma unánime, por una Argentina campeón. Quieren ver festejar a Messi. Han llegado desde Arabia Saudita, Dubai, Kuwait… Un montón de personas para ver a la Argentina. Ellos no dicen que vienen a ver la final del mundo, dicen que vienen a ver levantar la Copa del Mundo a Messi. Hay una gran demanda de entradas. Hay una locura que envuelve el partido en un estadio gigante con capacidad para una cifra menor a las 90 mil personas. Por primera vez en el Mundial, se espera que haya un lleno absoluto.
El equipo argentino goza de buena salud. ¿Saben qué importante es para el entrenador poder elegir quienes juegan? Scaloni no solo puede definir el sistema, sino con qué intérpretes puede llevarlo a la práctica. No es el caso de Francia, que tiene a muchos jugadores entre algodones como Dayot Upamecano, Adrien Rabiot, Kingsley Coman, Raphael Varane e Ibrahima Konaté por el virus sumado a jugadores diezmados desde lo físico.
La expectativa es grande. La Argentina está muy bien. Lionel Messi está en su mejor momento dentro del seleccionado y hay puntos muy altos con niveles superlativos en Julián, Enzo, Mac Allister y Molina que se han amalgamado muy bien con los de mayor experiencia como Nicolás Otamendi, Messi y Di María. Ahora, todos los cañones están puestos en la final que se jugará este domingo desde las 18 (hora qatarí) en el estadio Lusail esperando por confirmaciones.