Las piezas de época regresan a los hogares con  su toque de distinción

Las piezas de época regresan a los hogares con  su toque de distinción

EFE. Reportajes.  En la historia del mobiliario existen piezas que trascienden lo puramente funcional para convertirse en retazos de una época. Piezas que, como la consola, mesitas de estilo francés del siglo XVIII o el secreter Guillotine Luis XVI, regresan a los hogares para poner un toque de distinción y armonía en rincones oscuros e impersonales.

 William Morris, gran diseñador y pensador del siglo XIX, escribió: “No tengáis nada en vuestra casa excepto aquello que penséis que es útil o creáis que es hermoso”. Morris podía hacer esta recomendación, ya que en su época la gran mayoría de las piezas del mobiliario doméstico se hacían bajo criterios de utilidad y belleza.

Hoy, la confección en serie del mueble y la necesidad de que éste se acople a las estructuras y dimensiones de las nuevas viviendas, han convertido el mobiliario antiguo en una obra de arte.

Muchas de sus piezas han adquirido una dimensión que trasciende lo meramente material y funcional para pasar a ser algo más que un simple mueble. Algunas piezas que sólo se encuentran en tiendas de antigüedades se equiparan al arte pictórico y la escultura. 

Ejemplos: el “Ramier”, el canapé estilo Imperio; el “Secretaire”, pequeños escritorios provistos de cajones de madera decorados con molduras de bronce dorado; el “Shaker” renacentista en madera de nogal dorada, sillas con doble travesaño y asiento; cómoda mesa “Carlton House” y taburetes de estilo neoclásico son hoy algo más que simples muebles.

Su estilismo, belleza y perfección en las formas han convertido a estas piezas del mobiliario –cuando son realmente antiguas– en obras de arte capaces de mostrar la evolución artística, cultural, económica y hasta política de los distintos pueblos de Occidente.

Actualmente, gracias a las reproducciones –en ocasiones miniaturizadas– y al empleo de materiales menos nobles que los utilizados en los modelos primitivos, muchas de estas piezas se han puesto al alcance del gran público. Algunas de estas reproducciones incluso necesitan de especialistas para distinguirlas de las originales.

Prácticamente todas las piezas del mobiliario de época se encuentran reproducidas en los más diversos materiales. Es la única forma de hacerlas accesibles a todos, es decir, de abaratar los precios que en ocasiones se asemejan a los de las obras pictóricas.

Reproducciones perfectas.  Muchas de las reproducciones del mueble antiguo conservan el encanto y la gracia que lo hicieron famoso, ya que los fabricantes se han esmerado en preservar no sólo el estilo, sino también la calidad del mueble; especialmente de las piezas pequeñas y sueltas, tales como la cómoda, el taburete o la silla.

La mayoría de los empresarios serios indican al comprador qué tipo de pieza está comprando, pero también han proliferado –como suele suceder en todos los campos– los “listillos” que sabiendo que están frente a un “ignorante” en materia de antigüedades le venden gato por liebre.

Por ejemplo: la “Carlton House”, elegante mesa escritorio de 1780 que toma su nombre de la casa londinense del Príncipe de Gales, para quien fue diseñado el primer modelo en madera de caoba con monturas de bronce dorado y tapa guarnecida de cuero, actualmente se encuentra en el mercado como mueble antiguo y en reproducciones modernas.

Se caracteriza por tener una superestructura de cajones y casilleros que se extienden a lo largo de toda la mesa, dejando libre solamente el sitio del usuario. La superestructura presenta una curvatura rodeada de una galería de latón dorado apoyada en unas patas torneadas.

 Por otra parte encontramos las mesas inglesas de juego, plegables y diseñadas en 1720-1750, cuya principal característica es su pata “cabriolé”. Algunas tienen un tablero chapado con maderas contrastadas en cuadros para el juego de ajedrez.

Ahora estos modelos se ofrecen en el mercado tanto en madera como en metacrilato. Una forma de distinguir las antiguas de las modernas consiste en fijarse en las bisagras. En las de madera el doble tablero plegable tiene forzosamente que llevar bisagras.

 También han sido adaptadas a la modernidad las típicas mesas de juego en caoba con soporte en cada esquina para candelabros y pozos para el dinero de las apuestas. Así como las de té con diseño “serpentine” y de pata recta, típicamente “Chippendale”.

Las auténticas nacieron con la moda de tomar el té o el chocolate a media tarde. En 1750-1770 algunos modelos de Chippendale se construyeron en parejas: una de ellas con el tablero cubierto de paño para el juego de cartas y la otra gemela con el tablero pulido para el servicio de té. Actualmente se utilizan básicamente como elementos decorativos.

Cuidado con las copias.  Otro estilo que regresa con fuerza al seno del hogar es el Sheraton, de 1790-1820. Se caracteriza porque la línea neoclásica de la talla ha sido sustituida por la marquetería. Dentro de este estilo abundan las mesas semicirculares o de media luna.

El modelo más común y apreciado es el que se convierte en mesa redonda al desplegarse su doble tablero. Sus patas son indistintamente torneadas o cuadradas. Pero de todo el mobiliario de estilo recuperado para el uso corriente, quizás sea el “Regencia” el más extendido.

Existen varias tendencias bajo esta denominación. Los modelos más apreciados son el “Regencia” de 1837 y el “Quartetto”. En el primero, también conocido como del reinado de Jorge IV,  se usan maderas exóticas como limoncillo y caoba en los taraceados y marqueterías.

 El “Quartetto”, mesa también conocida como “nido de mesas”, originariamente fue utilizada como mesa de labores, aunque George Smith en su libro “Household Furniture” de 1808 afirma que nacieron como mesas para servir refrescos.

Otras reproducciones que están teniendo una gran aceptación entre los adeptos al mobiliario de estilo con características modernas son los modelos de mesa Pembroke. Su nombre proviene de la Condesa de Pembroke, quien, al parecer, encargó la primera mesa de este tipo alrededor de 1750.

El modelo Pembroke se puso de moda en 1780 y ahora las fabrican en serie como mesas auxiliares.

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Obras de arte

Hoy en día algunas piezas del mobiliario antiguo se han convertido en obras de arte.

Prácticamente todas las piezas del mobiliario de época se encuentran reproducidas en los más diversos materiales.

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