El primer aspecto para mejorar la competitividad de las pymes lo constituye la Capacidad de Dirección.

Muy pocos tropiezos se deben únicamente a un desconocimiento técnico por parte del empresario; raro es que el pequeño fabricante no puede competir por el motivo de desconocer algún secreto de los métodos de fabricación que le atañen. Debemos diferenciar entre la explotación de una empresa y la capacidad de dirección, sabiendo que la primera tiene por objetivo hacer funcionar la empresa desde el punto de vista técnico, es decir, conseguir que fabrique el producto o preste el servicio que constituye su razón de ser.

Todas las pymes tienen un espíritu emprendedor, por su deseo de aplicar sus aptitudes al mundo de los negocios, eso les permite ver oportunidades donde otros no ven nada, pero una vez creado el producto o modelo de negocio les faltan ideas para innovar y este es nuestro segundo aspecto: innovación.

Analicemos la innovación en los tres sectores:

El sector servicio: los salones de belleza han tenido que agregar uñas acrílicas, maquillaje y venta de productos de belleza.

El comercio: los colmados por ejemplo han tenido que ofrecer el servicio de “delivery” para poder mantenerse. Algunos venden productos no tradicionales como el vino o picaderas sofisticadas, pequeños supermercados dan servicio 24 horas con mucho éxito.

El sector industrial no ha sido muy favorecido con este aspecto. Los precios internacionales no le han permitido crear nuevos productos. Debemos  tener en cuenta que industrialmente, muchas veces, para crear un nuevo producto se necesitan maquinarias y una serie de condiciones que en todo caso están amarradas al tercer aspecto.

El tercer aspecto es la “influencia del entorno”.