Las preguntas de Olivares.- Tranquiliza saber que no soy el único que le ha reprochado a la Junta Central Electoral su negativa a fiscalizar la convención del PRD celebrada el pasado domingo con el penoso saldo que todos conocemos, y que ese otro “disidente” sea el doctor Eddy Olivares, miembro titular del organismo electoral. Olivares opina que la violencia que caracterizó la convención perredeísta no puede verse simplemente como una expresión de nuestra cultura política, como sostiene el presidente de la JCE, el doctor Roberto Rosario, sino como el preocupante deterioro de todo el sistema de partidos. Es evidente que Olivares también fue testigo, al igual que el resto del país, de lo que pasó durante esa convención, en la que, a su juicio, se violentaron el derecho a la información, a la libertad de afiliación y al ejercicio del sufragio en perjuicio de miles de perredeístas. Y no tuvo reparos en decir que todo eso se pudo evitar, “si nuestro organismo hubiera fiscalizado esas elecciones, tal y como lo había hecho en otras ocasiones, o si hubiésemos contado con una Ley de Partidos”. A estas alturas no tengo que decirles que su posición difiere significativamente de la del presidente de la JCE, quien se ha parapetado tras la excusa de la ausencia de esa legislación para justificar su negativa a fiscalizar la convención de los perredeístas, a los que decidió –como dicen en la calle– “soltar en banda”. Preocupado, precisamente, por esa indiferencia y sus consecuencias futuras sobre el sistema de partidos, el miembro titular de la JCE se hace las siguientes preguntas, aunque sin la esperanza –estoy seguro– de obtener respuestas: “¿Para qué ha servido el artículo 216 de la Constitución que les ordena a los partidos funcionar democráticamente? ¿Qué se ha ganado conque el artículo 212, que ha dotado a la JCE de un poder reglamentario que no ha utilizado ni para la democracia interna de los partidos ni para garantizar equidad en las elecciones nacionales?”