Las primeras damas cambian
el asistencialismo social

Las primeras damas cambian<BR>el asistencialismo social

ALTAGRACIA PAULINO
La siempre sonriente primera dama de Guatemala, Wendy W. de Berger, recibió en su país a las primeras damas de Centroamérica, Belice, Panamá y República Dominicana en el VII encuentro que las reúne para tratar temas relacionados con las realidades de sus países.

Participamos de la reunión como invitada de la primera dama, doctora Margarita Cedeño de Fernández, lo que nos permitió conocer de cerca cómo piensan estas mujeres, cargadas de poder y de sueños en cada uno de sus países.

Lo primero es que son seres humanos como cualquiera, con sus virtudes y defectos, con sus bondades, con sus compromisos, con el valor de la solidaridad y mostrando sus calidades al exponer lo que hacen, lo que quieren hacer y las proyecciones para que el trabajo que hacen siga por quienes las sucedan en el porvenir.

En esta reunión hubo dos acontecimientos que me parecieron estupendos. El primero es que las primeras damas han asumido la agenda social del movimiento feminista, es decir, reivindican el papel y la función de la mujer en las distintas escalas del poder y el espacio ganado en la conquista por la igualdad de condiciones.

El otro aspecto relevante es la reivindicación de la familia como eje de desarrollo, que es en sí misma parte de la agenda de nuestra primera dama.

Esta reunión, celebrada del 11 al 13 de junio, tuvo como tema Mujer: Eje de desarrollo en la familia y la comunidad.

En este encuentro se debatieron temas como Aportes de las mujeres a la generación de capital social, Aporte de la mujer a la economía de los países, Condiciones que facilitan la participación de las mujeres en el desarrollo de sus países.

Otro de los temas tratados estuvo relacionado con los programas de micro créditos para las mujeres.

Muchas de las exposiciones estuvieron ilustradas con imágenes de lo que cada una realiza a favor de los ciudadanos de sus países, y si bien todas lucían radiantes y a la moda, en su gran mayoría se advirtió el deseo de superación de la pobreza en cada una de sus naciones.

De este encuentro surgieron ideas esperanzadoras, de que no todo esta perdido, que las primeras damas son una mano amiga de los pueblos gobernados por sus maridos y que si se le apoya lo suficiente pueden contribuir en gran escala con la reducción de la pobreza en la región.

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