Las prioridades comunitarias

Las prioridades comunitarias

Las necesidades de infraestructura de las comunidades rurales deberían ser cubiertas sin necesidad de llegar al reclamo violento. En un plan general de nación, las obras que necesitan las comunidades tienen que tener la preponderancia que se confiere a las ciudades.

Por razones que no es preciso enumerar, mientras más apartadas las comunidades, más necesidad tienen de que se les facilite la vida atendiendo a tiempo sus necesidades. Después de dos muertos, decenas de heridos y zozobra, el Gobierno y grupos comunitarios de San Francisco de Macorís han llegado a acuerdos que permitieron desactivar las violentas protestas que tuvieron como escenario las calles de esa ciudad.

Es evidente que a estos estallidos sociales se llega cuando se prometen obras y no se cumple la promesa. Con esto no estamos validando el reclamo violento, pero no cabe duda de que el olvido o la tardanza en cumplir lo prometido es un caldo de cultivo para estas reacciones indeseables. Las autoridades de  provincias y municipios están obligadas a estar atentas e inventariar las necesidades de infraestructura de sus demarcaciones y proponer que se presupuesten y ejecuten en base a un orden de prioridades. No es conveniente esperar que los pueblos se violenten  para entonces anunciar acuerdos que servirían de panegírico a los caídos en las protestas con las que se han exigido las obras.

La crisis global y nosotros

La crisis financiera internacional tuvo su punto de arranque en el mercado inmobiliario de Estados Unidos y ya sus efectos se han expandido a todas partes del mundo, haciendo colapsar los mercados bursátil y petrolero y desencadenando un fuerte proceso recesivo. En Francia, por ejemplo, tres de las principales industrias automotrices han dispuesto cierre de plantas por esa causa con todas las consecuencias que eso implica en términos fiscales y de empleo.

Nosotros continuamos de lo más campantes, exhibiendo un optimismo que trata con desdén la cautela y la razón. Hay considerar que los efectos de la crisis no llegan al mismo tiempo a todas partes. Como no tenemos un mercado de valores, no hay caída de bolsas, pero sin duda que la recesión en Estados Unidos y Europa se dejará sentir en nuestras finanzas al caer la demanda de bienes. No es aconsejable perder  el optimismo, pero mucho menos perder la cautela, la prudencia.

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