Las prohibiciones de exportación de granos crean otros  problemas

Las prohibiciones de exportación de granos crean otros  problemas

JAVIER BLAS 
 Geneva

Mientras los economistas y bancos centrales se preocupan respecto el riesgo de la deflación al estilo japonés en occidente, los comerciantes de materias primas están advirtiendo sobre un fenómeno muy diferente: “agflación”. 

Entre la escasez de suministro y el pánico de compra alrededor del mundo, los precios para el algodón, azúcar y trigo han hecho un espiral hasta alzas multianuales durante esta semana, empujando en fuerte ascenso los costos de los materiales para productos básicos y textiles.

Los especuladores y el decadente dólar han sido culpados por guiar la materia prima agrícola a estos niveles tan altos, lo cual algunos creen que podría conducir a una repetición de la crisis alimentaria del 2007-08. Pero una de las mayores razones para la situación de los granos ha sido, de hecho, la acción del gobierno, en particular las restricciones de las exportaciones impuestas por los grandes productores alrededor del mundo. Estas restricciones, las cuales se están extendiendo rápidamente, han desencadenado una carrera para apoderarse de los suministros físicos de alimentos y de fibras que están exacerbando la volatilidad del mercado, dicen los expertos de la industria.

 “Los comerciantes están alarmados”, dice Charlotte Hebebrand, jefa ejecutiva del Consejo Internacional de Políticas de Comercio Agrícola y de Alimentos, un grupo radicado en Washington, el cual defiende el libre comercio de las materias primas agrícolas.

La oleada de controles de exportación comenzó en Rusia en agosto, cuando Moscú prohibió las ventas de granos después de la severa sequía que afectó la producción de este año.

Ucrania continuó la restricción de exportaciones de trigo, cebada y maíz a través del uso de cuotas. La India ha limitado las ventas de algodón y de azúcar y mantuvo la vieja prohibición de dos años sobre las exportaciones de arroz.

Pakistán ha prohibido las exportaciones de trigo, y también Egipto está restringiendo las ventas de arroz. Kazakhstan, en efecto, está limitando las exportaciones para solamente vender granos a Rusia. Los oficiales temen que más países pronto tomen una acción similar. Restringiendo sus exportaciones, las naciones ayudan a mantener los mercados locales bien suplidos y a limitar los precios locales. En esa forma, ellos mantienen un límite sobre la intranquilidad política y social. Pero esas limitaciones han contraído los suministros internacionales, empujando hacia arriba los precios sobre los mercados globales y distorsionando los flujos comerciales. Las naciones importadoras, temerosas de ser incapaces de asegurar lo que necesitan, podrían responder reteniendo los suministros, guiando así a un ascenso adicional los precios.

El Departamento de Agricultura de E.U. dijo esta semana, que los controles sobre las exportaciones de algodón por parte de La India, el segundo mayor exportador del mundo, ha aumentado las preocupaciones sobre su responsabilidad como suplidor. El resultado fue que los “mayores importadores están tratando de bloquear los suministros, a pesar de los altos precios sin precedentes”.

El efecto de esa advertencia fue eléctrico. Los precios del algodón aumentaron el miércoles hasta $1.5723 la libra, lo más alto desde que los futuros comenzaron a comerciarse en New York hace 140 años atrás y alrededor de un 70% más que hace ocho semanas. El mercado azucarero que rápidamente se está constriñendo en La India, que puede volverse el año próximo el segundo mayor exportador del mundo, está permitiendo sólo ventas gota a gota del endulzante, y los comerciantes temen restricciones adicionales. La batalla para asegurar los suministros en otras partes ha ayudado a empujar los precios del azúcar a más de 33 centavos la libra, un alza de 30 años.

Para los veteranos del mercado, hay una sensación de déjá vu en la acción de los gobiernos. Los controles de exportación fueron una gran parte de la crisis alimentaria del 2007-08, ya que los costos de las materias primas agrícolas llegaron a alzas récord y los disturbios por alimentos agitaron algunos de los países más pobres del mundo, incluyendo a Haití y Bangladesh.

Una vez que la crisis había pasado, los expertos y oficiales acordaron que las restricciones, las cuales se esparcieron a más de 30 países, comparado solamente con un número mínimo hoy, contribuyeron a inflar los precios. Un consenso político surgió contra su uso.

Pero Hidenori Murakami, un asesor sobre política internacional para el Ministerio de Agricultura de Japón, dice que allí parece haber una “resistencia política” para seguir con ese compromiso de no recurrir a prohibiciones de exportación. Los oficiales de comercio y agrícolas, además, creen que la situación no está ni cerca de cambiar.

En parte, esto es debido a que las restricciones en las materias primas agrícolas son legales bajo normas que gobiernan el comercio global. Aunque el Acuerdo General sobre Impuestos y Comercio, el principal tratado de la Organización Mundial de Comercio, ha penalizado “las prohibiciones o restricciones” sobre las exportaciones de materia prima desde el año 1947, aunque estas permiten temporalmente prevenir o mitigar la escasez crítica de productos alimenticios y otros productos esenciales al país exportador.

Con poca perspectiva de una rápida reanudación de las exportaciones, los comerciantes están preparados para un periodo sostenido de altos precios. Pero ellos también advierten de extrema volatilidad si los gobiernos deciden, repentinamente, levantar o  aliviar las restricciones. En el azúcar, algunos comerciantes temen un colapso del precio en caso de que La India anuncie pronto una cuota de exportación mayor de lo esperado.

Las restricciones están comenzando a afectar los precios adicionalmente de la materia prima. Debido a que las prohibiciones aíslan los mercados locales, los agricultores en países desde Rusia hasta La India tienen poco incentivo para expandir su terreno de cultivo para la próxima temporada, limitando el potencial de respuesta de suministro a los crecientes precios.

Peor, algunos granjeros rusos están cambiando su producción de trigo a la de canola, que no está cubierto por las restricciones de Moscú, mientras ellos tratan de encontrar formas de continuar vendiendo su cosecha internacionalmente, dicen los oficiales y comerciantes.

Eso es posible que limite aún más el potencial de respuesta de suministro, incrementando adicionalmente los precios a largo plazo, según alertan los comerciantes, señalando los hechos del periodo 2007-08. Después que Argentina impuso una prohibición sobre las exportaciones de trigo, los precios locales disminuyeron y los agricultores suspendieron la producción del cereal a favor de la soya, la cual ellos podrían vender en el extranjero. El terreno de cultivo de trigo en Argentina colapsó la siguiente temporada a su nivel más bajo en todo un siglo. Repentinamente, la “agflación” parece más que sólo una palabra de moda.

Las claves

1-  Los especuladores

Los especuladores y el decadente dólar han sido culpados por guiar la materia prima agrícola a esos niveles, lo cual algunos creen que podría conducir a  repetir la crisis alimentaría del 2007-08.

2-  Restricción de Ucrania

 Ucrania continuó la restricción de exportaciones de trigo, cebada y maíz a través del uso de cuotas.

3  Temor a prohibiciones 

 Los oficiales temen que más países  tomen una acción similar. Restringiendo sus exportaciones, las naciones ayudan a mantener los mercados locales bien suplidos y a limitar los precios locales.

Desequilibrios comerciales nublan visión  Grupo de los 20

Alan Beattie

La economía global es el asunto que dominará esta semana en la cumbre del Grupo de 20 principales naciones desarrolladas y emergentes en Seúl. Pero ponerse de acuerdo sobre cómo corregir los desequilibrios comerciales globales, será elusivo, según escribe Alan Beattie.

Barack Obama, presidente de Estados Unidos, dice que los desequilibrios son insostenibles. China y Alemania dicen que la solución de América de establecer directrices respecto las cuentas corrientes es equivocada.

E.U. está persiguiendo una campaña agresiva que comenzó mucho antes que el gobierno de Obama, con el propósito de persuadir a China para que permita que su tasa de cambio aumente más rápido. La táctica más nueva de E.U. de implantar normas para los déficits y superávits ha enfrentado una determinada posición por parte de China, y un más vehemente rechazo de Alemania, y es poco probable que haga progresos en el futuro cercano.

En el centro del problema hay un creciente desequilibrio en el comercio de productos en los pasados 10 a 15 años, con el déficit de E.U. inflándose en comparación con su Producto Interno Bruto. América continúa enfrentando un superávit en el comercio de servicios, tomando los productos y servicios en conjunto, y todavía es el mayor exportador del mundo, pero China ha ido recuperándose rápidamente.

Los legisladores de E.U. se preocupan de que continuamente América tenga que tomar prestado a nivel internacional para poder financiar su déficit, en mayor medida a los gobiernos asiáticos, por lo que llegará el tiempo en que los inversionistas extranjeros perderán la confianza en los activos de E.U. y el déficit se volverá insostenible. 

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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