Las promesas de LF
El crecimiento y la estabilidad económica

<STRONG>Las promesas de LF<BR></STRONG>El crecimiento y la estabilidad económica

En su discurso de toma de posesión el 16 de agosto del presente año, el Presidente Leonel Fernández señaló que el Gobierno se disponía a ejecutar un Programa Macroeconómico de Mediano y Largo Plazo orientado a lograr una tasa de crecimiento promedio anual del 6%, inflación por debajo del 10%,  un superávit fiscal primario de 2% del producto bruto interno (PIB) en el sector público no financiero y  un crecimiento de las reservas internacionales del Banco Central a niveles similares a los de la región.

El crecimiento de la producción, el empleo y el ingreso en una economía es  determinado por la demanda interna y externa. En los últimos tres años, el crecimiento económico del país fue motorizado por la expansión del gasto interno en consumo e inversión. Del 2005 al 2007, el gasto de consumo aumentó a una tasa promedio anual de 13.1%, con el consumo privado aumentando en 13.2% y el público en 10.4%;  el gasto de inversión en 15.4%, gracias a un fuerte flujo de capitales externos que promedió US$1,427 millones de dólares anuales. Estas inversiones se dirigieron a los sectores de telecomunicaciones, turismo, comercio e industria e inmobiliario.

La fuerte expansión del consumo privado, que representó el 88.6% del gasto total en el 2007, se produce, en gran parte, como resultado de las bajas tasas de interés que se derivan de la fuerte entrada de capitales al país. El aumento en la inversión extranjera directa y de cartera fue de tal magnitud que permitió al Banco Central acumular reservas internacionales y reducir las tasas de interés, con una sustancial apreciación del tipo de cambio, a pesar de que la cuenta corriente pasó de un superávit de 6.2% del PIB en el 2004 a un déficit de 6.4% en el 2007 y aproximadamente 8-10% en el 2008, como resultado del alto crecimiento de la economía y la apreciación del tipo de cambio. El déficit de la cuenta corriente no fue mayor en esos años debido a que la disciplina fiscal permitió la expansión del consumo privado sin poner presiones adicionales sobre la cuenta corriente de la balanza de pago, el tipo de cambio y los precios internos. Sin embargo, desde comienzos del 2008, ya se observan signos que amenazan el sostenimiento del modelo de crecimiento seguido en los últimos tres años. En primer lugar, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se dispara a un nivel estimado entre el 8 y el 10% del PIB. Los flujos de capitales, aunque todavía se mantienen a un alto nivel, ya no son suficientes para financiar el creciente déficit de la cuenta corriente. La depreciación del peso dominicano, la pérdida de reservas internacionales y los continuos aumentos en las tasas de interés en los últimos meses, son una clara señal de que la entrada de capitales externos no ha sido de una magnitud suficiente para financiar el mayor y creciente déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.  Otra señal indicativa del problema es la desaceleración del consumo privado como respuesta a las alzas en las tasas de interés bancario y el incremento de los precios internos. El crecimiento del crédito al sector privado disminuyó de 33.2% en el 2007 a 4.2% en julio del 2008. Dada la alta ponderación del consumo privado en la demanda total, es muy poco probable, con las altas tasas de interés actuales, que el consumo privado se expanda durante el presente año y el 2009 al ritmo del año 2007.  Por tanto, para mantener una tasa de crecimiento del 6% durante este año y el próximo, el déficit del sector público y la inversión extranjera directa tendrán que aumentar considerablemente para compensar por la reducción en el consumo privado y, por tanto, en la demanda. Aunque no se han publicado las cifras oficiales, el crecimiento de un 7.5% del PIB en el primer semestre de este año parece estar explicado por la continua afluencia de capitales de exterior y un aumento considerable en el déficit del sector público.

Por tanto, es poco probable que la meta de lograr un déficit primario del sector público de   2% del PIB prometida por el presidente Fernández pueda ser lograda en el 2008 y el 2009 sin tomar medidas de ajuste. De igual  manera, la promesa de alcanzar niveles de reservas similares a la de los países del Hemisferio será muy difícil ya que el crecimiento de las reservas internacionales netas se ha tornado negativo en el período julio 2008-diciembre 2007, debido a las intervenciones del Banco Central en el mercado cambiario para contrarrestar la depreciación del tipo de cambio. Y esta tendencia se mantendrá en el futuro de continuar la actual situación externa e interna.

Otro factor que amenaza el logro de las metas prometidas, es la recesión económica en los Estados Unidos y Europa, puesto que la demanda externa por productos dominicanos en lugar de aumentar puede disminuir. Es muy probable que los flujos de inversiones extranjeras directas en el sector inmobiliario y en el de zonas francas disminuyan debido a la recesión y al derrumbe del sector inmobiliario en los países industrializados. En las zonas francas, los inversionistas pospondrán nuevas inversiones hasta tanto se recupere la economía norteamericana, principal mercado de sus productos. En el sector inmobiliario, los inversionistas revaluarán sus expectativas en cuanto al  crecimiento ininterrumpido de los precios de las propiedades inmobiliarias, luego de la experiencia vivida en sus países de origen.

Es evidente que, ante un entorno externo adverso y la contracción del consumo privado, el gobierno tendrá que aumentar aún más el déficit fiscal para lograr la meta de crecimiento prometida por el Presidente, con el agravante de que sería imposible lograr los otros objetivos mencionados en su discurso en vista de que se produciría una fuerte depreciación del peso y/o reducciones adicionales en las reservas internacionales del Banco Central, endeudamiento externo e interno, mayores aumentos en las tasas de interés y en la inflación. Además, aumentaría la deuda interna y el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, producto de las mayores tasas de interés, el aumento en la emisión de certificados y el incumplimiento del Gobierno Central en el pago de los intereses. Para restablecer el crecimiento de la producción y el empleo en el mediano plazo, con un déficit sostenible de la cuenta corriente de la balanza de pagos de entre 3 y 4%, será necesario, por un lado, reducir las importaciones y aumentar o, por lo menos, mantener el actual nivel de exportaciones a través de la flexibilización de la política cambiaria y, por el otro, reducir el déficit fiscal.

Las claves

1.  Reducir el gasto

 En lo concerniente a la política fiscal, será necesario reducir el gasto, desmontando los costosos subsidios a la electricidad (las transferencias al sector se estiman ascenderán a  alrededor de 3.0% del PIB en el 2009), al GLP y otros combustibles para reducir el déficit del sector público no financiero. Eso implicará una reducción en el ingreso disponible que tiene la población para otros gastos y, por tanto, en el consumo interno y el crecimiento en el corto plazo. El restablecimiento de la disciplina fiscal creará las condiciones para reducir el impacto (pass-through) de la depreciación del peso en los precios internos y para reducir las tasas de interés en el mercado bancario.

2.  Bajar la demanda

Para restablecer el crecimiento de la producción y el empleo en el mediano plazo, con un déficit sostenible de la cuenta corriente de la balanza de pagos de entre 3 y 4%, será necesario, por un lado, reducir las importaciones y aumentar o, por lo menos, mantener el actual nivel de exportaciones a través de la flexibilización de la política  cambiaria, además de restringir la demanda por productos nacionales e importados.

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