Durante los días 27/29 del pasado mes se realizó el III Congreso de Municipalistas Dominicanos, un espacio permanente de reflexión, discusión y de propuestas sobre cuestiones claves del municipalismo relativas a la gestión concreta del territorio, como a los aspectos relativos a la elaboración y enriquecimiento del conocimiento sobre las diversas áreas que, en términos técnico, científico, formativo educativo, político, social y económico, constituyen la base para una eficiente y eficaz práctica municipal. La pertinencia de las discusiones y de las propuestas que de este surgieron y su nivel de articulación y permanencia de estos municipalistas demuestran que el Foro constituye un valioso activo de nuestro sistema político.
Por décadas, en este espacio participan los mejores exponentes del municipalismo dominicano como forma de militancia generosa para potenciar la calidad de la participación y la representación política en las diversas formas de acción y gestión del territorio, para la formación de los funcionarios y elegidos municipales y por el fortalecimiento del marco competencial del municipio. Igualmente, muchos de sus participantes juegan un papel de primera importancia en diversas instituciones del Estado que, entre sus funciones, está la de impulsar acciones tendentes a mejorar y ordenar proteger el territorio como forma de promover el desarrollo nacional desde una perspectiva inclusiva y decididamente democrática. Participan también alcaldes, alcaldesas, concejales y algunos miembros de organizaciones promotoras de proyectos de desarrollo comunitario y de acompañamiento a la gestión local.
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De manera que, el Foro constituye un espacio de incidencia tendente a la articulación de todo lo referido a las competencias del municipio dominicano, es referencia y cantera del funcionariado municipal sin ser una ONG y sin recibir fondos de ninguna institución nacional o internacional, que contribuye al fortalecimiento del sistema político dominicano. Los ejes temáticos del Congreso fueron concebidos desde la perspectiva de la sistematización y profundización de la generalidad de las discusiones que de manera sostenida se realizan en su chat articulador, a los fines de hacer propuestas concretas que contribuirían al fortalecimiento institucional del municipio dominicano que es lo mimo decir: de democracia.
En ese sentido, el Congreso abordó puntos básicos, destacando la necesidad de que, con las acciones correspondientes, se reconozca que es imperativo apuntalar la autonomía del poder local como lugar único e indispensable de ejercicio de soberanía de la población sobre su espacio como forma de evitar o al menos paliar las desigualdades territoriales que tendencialmente se producen en las políticas desarrollo nacional. A tal efecto, se hicieron recomendaciones para hacer más efectiva la Ley de Presupuesto Participativo, que los municipios identifiquen mecanismos de captación de recursos incluyendo registros de contribuyentes y la implementación de software para mejorar la recaudación, estrechar lazos de cooperación intermunicipales y con el sector privado en materia de prestación de servicios.
Para tal fin, debe incrementarse la formación del personal administrativo y de elegidos del municipio. A tal efecto, se recomendó aprovechar aún más su relacionamiento con las universidades, el ITLA e INFOTEC, seguir profundizando el diseño de La Ley de Función Publica Municipal y del Régimen Municipal, incluyendo esta última en los proyectos de reformas constitucionales actualmente en discusión. Además, terminando con la práctica perversa de formar técnicos en diversas áreas de la gestión municipal que duran relativamente poco en su ejercicio profesional, porque el clientelismo político los expulsa del sector. Una expresión de la corrupción que lastra el discurrir del sistema político dominicano. Se recomienda el uso de la herramienta del DATO, para orientar las de políticas públicas efectivas y para eso se requiere la formación del funcionariado local.
Se pidió el impulso de la cultura de la planificación municipal, de sus zonas urbanas y sus entornos rurales teniendo como referencia la Ley de Ordenamiento territorial y además desarrollar otras iniciativas en materia urbanística que son indispensables para orientar el crecimiento poblacional y espacial de algunas ciudades del país. En ese tenor, se planteó el municipio como un eje transversal en las políticas públicas, abordando desafíos como la falta de participación equitativa y las barreras que dificultan el acceso a servicios municipales para mujeres, personas con discapacidad, inmigrantes y adultos mayores. Además, potenciar la gobernanza local como soporte para la gobernanza efectiva en el sistema político todo e igualmente la cultura como atributo para el desarrollo local.
Las buenas prácticas municipales que se identificaron y examinaron en el Congreso son ejemplos de que, con sus debilidades, a pesar de la relativamente poca atención que la clase política dominicana le brinda al tema municipal, la comunidad desarrolla importantes iniciativas para mejorar sus condiciones de vida y lo hace muchas veces identificando recursos en diversas fuentes, incluyendo la internacional. En la articulación de esas experiencias puede el municipio fomentar el desarrollo local y potenciar los recursos que genera y los que recibe del gobierno central. Finalmente, la Sociología enseña que el ser humano realiza funciones manifiestas y funciones latentes.
En este caso, la función manifiesta del Congreso fue la de profundizar sus reflexiones y sistematizar sus propuestas, la latente fue estrechar las relaciones profesionales, de militancia por el municipalismo como agente indispensable para el fortalecimiento institucional y de la democracia dominicana y, quizás principalmente, para estrechar los lazos de amistad entre los municipalistas dominicanos. Enhorabuena a sus principales organizadores.