En la primera parte de este artículo el tema fue: Haití, una tarea para los cirujanos sociales. Y ahora, en esta segunda y última parte le inserté intencionalmente el término PROPUESTAS. Es que no podemos hablar de Haití sin propuestas, no debemos teorizar sin dejar en el laberinto social que tiene Haití algunas señalizaciones que nos ayuden a prevenir y a reducir cualquier impacto negativo que pueda afectar a la República Dominicana y también a Haití.
Es que Haití es nuestro vecino país y aliado socio económico en todas las dinámicas de producción, exportación y funciones laborables. Hacemos propuestas porque cualquier logro y éxito en Haití será nuestro logro.
En el artículo anterior escribí que la realidad y el tema de Haití está cargado de prejuicios, de mitos, de realidades espirituales. También expresé que Haití es el perfecto contexto que nos obliga a buscar la ayuda de técnicos sociales, me refiero a los psicólogos sociales, sociólogos, politólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, los expertos en geopolítica, antropólogos y estrategas.
También usé el término “Cirujanos Sociales” en forma de símil, para aclarar que esos técnicos sociales pueden, si los usamos, prevenir y mermar cualquier estampida o avalancha hacia el territorio dominicano.
Varios “Cirujanos Sociales” hemos hablado de diferentes propuestas, y simplemente hoy deseamos plasmarla para que sirvan de ayuda al gobierno dominicano, a otros países o a cualquier institución que esté operando en la prevención y reducción del conflicto caótico que está dominando a Haití e impactando a la República Dominicana.
Estas propuestas son el resultado de varias personas con experiencias, con preparación académica y sobre todo con una vocación de servicio, personas que aman la transformación, la vida, y anhelan el desarrollo de integral de Haití y de las demás naciones. Ellos son mis amigos, los conozco y no son técnicos de una corporación o ONG sin alma.
Te invitamos a promover estas propuestas y verdades:
1. Lo primero es que necesitamos ver a Haití como un aliado económico y no como una desgracia o amenaza.
2. Haití es una nación que necesita ser refundida-reestructurada.
3. Haití no es una gran infraestructura que solo precisa de ingenieros civiles, es más que eso.
4. Haití tiene alma y cultura propia y su reconstrucción necesita tomar en cuenta su identidad y su historia.
5. ¡No consiste en dar más! Ninguna nación que hoy goza de prosperidad se edificó sobre donaciones, ni llegó a su desarrollo impulsándose en una masiva recepción de mercaderías de factura extranjera.
6. Para romper el ciclo de pobreza y del caos social en Haití es necesario la participación del propio pueblo haitiano, y son ellos mismos que deben pedir la ayuda de facilitadores en todo el proceso.
7. El pueblo haitiano es fuerte, inteligente, culto y orgulloso de sus raíces; necesita por tanto un espacio para actuar por sí mismo.
Otros “cirujanos sociales” han expresado y escrito que:
1. La mano de obra nacida en Haití, es mayoría en 9 de las 11 ramas de las actividades productivas y de servicios de la RD.
2. Haití ocupa el segundo en el intercambio comercial con nuestro país, antecedido por los Estados Unidos de Norteamérica.
3. Debemos crear e implementar un sistema que proteja el Estado dominicano y proteja a cada extranjero que venga a cooperar con el desarrollo de nuestro país. Ejemplo de esto podría ser un permiso de trabajo temporal. Visa de estudio. Visa de emergencia médica. Residencia y Nacionalidad. Hay otros tipos, como visa religiosa, visa de turismo y la visa negocio. Esto ayudaría a ambos países. Cada extranjero debe ser registrado sus huellas u otro sistema más avanzado.
Realmente lo podemos hacer si hay voluntad política. Se puede si nos sujetamos al imperio de la ley. Se puede si los políticos son elegidos correctamente. Se puede si somos un país que tiene una visión geocéntrica. Pero termino diciendo de forma franca y llana: Todos sabemos o sospechamos la razón por la cual el caos prevalece en la RD y en Haití. Es que necesitamos una real transformación social para que estas propuestas escalen; de lo contrario, mi escrito se podría convertir en otro ejercicio intelectual, en un onanismo fantasioso que solo baja los niveles de tensión, pero sin cambios sustanciales.