El presidente Danilo Medina Sánchez arriba hoy a su tercer mes de Gobierno en medio de un país envuelto en una serie protestas que han trascendido al plano internacional, no solo por lo inusual de los sectores que las protagonizan, sino también por los reclamos que hacen: el enjuiciamiento del expresidente Leonel Fernández, a quien responsabilizan del déficit fiscal por más de RD$187 mil millones, y el rechazo a una nueva reforma impositiva para cubrirlo.
Las expectativas creadas en torno al gobierno de Medina comenzaron a desvanecerse el mismo 16 de agosto cuando, tras ser juramentado y llegar al Palacio Nacional, emitió su primer decreto, el número 414-2012, con el cual creó su gabinete y confirmó en sus cargos a muchos de los funcionarios de la administración de Fernández, mientras el país esperaba una ruptura con lo que considera fue un gobierno corrupto y dilapidador.
¿Atrapado y sin salida? Las críticas al nuevo presidente no se hicieron esperar. Distintos sectores coincidieron en afirmar que con la ratificación de algunos funcionarios Medina demostró que está atrapado entre sus promesas electorales y los compromisos con el Partido de la Liberación Dominicana que lo llevó al poder y que los de su organización política pesan más.
El turno de Medina: ron nuevo en odres viejos, así tituló la revista The Economist un artículo en el que criticaba la decisión del mandatario de mantener en sus cargos a la mayoría del equipo económico de Fernández, de cuyo gobierno heredó un déficit presupuestario superior al 4% del Producto Interno Bruto (PIB), según una reseña publicada el 5 de septiembre por el diario digital Dominicanos Hoy.
No todo ha sido malo. El presidente Medina neutralizó la avalancha de críticas cuando el 21 de agosto anunció al país su Plan de Austeridad para reducir el gasto del Gobierno y presentó un Código de Pautas Éticas para el manejo de los recursos públicos, al tiempo que advirtió la separación de los funcionarios que no acaten sus disposiciones.
La prohibición de fiestas, agasajos, almuerzos, donaciones, compra de vehículos y otras restricciones en las instituciones públicas y a funcionarios; así como el anuncio de financiamiento para los pequeños productores agrícolas y el nuevo Reglamento de la Ley Sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, entre otras medidas, le valieron al Presidente el reconocimiento de una sociedad que está a la espera de que cumpla lo que nunca se ha hecho como prometió durante la campaña electoral.
Escándalo Haivanjoe. La alegría duró poco. El efecto de las buenas medidas fue opacado por la denuncia de un legislador peledeísta, de que el contralor de la República, Haivanjoe NG Cortiñas, se había pensionado con más de RD$600 mil mensuales antes de dejar la dirección Superintendencia de Bancos.
El presidente Medina dispuso su cancelación, pero los escándalos de pensiones siguieron con ex jueces de la Junta Central Electoral (JCE) y luego el aumento de sueldo de la ministra de Educación, de $185,000 a $300,000.
Zoom
Se reboza la copa
La decisión del Gobierno de romper el diálogo con el Consejo Económico y Social (CES) cuando le sugirió reducir sus gastos para el 2013, de $169,000 millones a $410,000 millones, como forma de rebajar los alcances de la reforma fiscal con la que se busca tapar el déficit de más de $187,000 millones, colmó la capacidad de tolerancia de la población, que de inmediato y sin necesidad de ser azuzada por partido político alguno, comenzó a movilizarse por todo el país contra más impuestos que entienden, afectarán a los más pobres.
La novedad
Ha sido la juventud y la clase social de los manifestantes; la modalidad de las protestas y los grupos que las promueven entre ellos, Justicia Fiscal, La Multitud, Toy Jarto, Proyecto Zurdo y la Red Nacional de Acción Juvenil.