Las que se quedaron esperando

Las que se quedaron esperando

POR DOMINGO ABREU COLLADO
Traicionadas en su esfuerzo, quizás por falta de valor personal de los organizadores y organizadoras, estas gomas se quedaron esperando por la llama redentora que las habría de transformar en fanal de luz orientadora durante la pasada huelga.

Pero esto es solamente una muestra. Probablemente cientos de gomas similares se quedaron agazapadas en algunos montecitos y recovecos de las carreteras, aguardando por aquella mano compañera que las habría de sacrificar como a los bonzos aquellos de las calles de Saigón, en Viet Nam, allá por mediados de los años 60.

En realidad, cada goma que se queda sin quemar durante una huelga es un metro cuadrado de asfalto que se salva de la destrucción. Pues el calor que genera una goma ardiendo descompone el asfalto, lo reblandece, y el sol y la lluvia hacen el resto, llevándose dicho metro cuadrado de carretera.

Pienso que si con sinceridad una huelga intenta realizar algo de impacto deberían cubrirse con gomas por completo las carreteras, si es una huelga general. Ahora, si es una huelga local, lo correcto es cubrir completamente por lo menos dos kilómetros de cada carretera que entra o sale de la población, y luego de cubiertas por completo con las gomas, aplicarle la consabida gasolina y pegarles fuego.

De esa manera se arruinarían varios kilómetros cuadrados de carretera de cada ciudad sumada a la huelga, las ciudades quedarían incomunicadas, nadie puede moverse, y la huelga sería un éxito rotundo, porque además se le hace una buena mella al Gobierno jodiéndole las carreteras. Así, a los tres meses siguientes, se le puede hacer otra huelga exigiendo la reparación de las carreteras jodidas por lo insoportables que resultan, el polvo que levantan los vehículos, el lodazal que se arma con cada aguacero y todas las demás demandas justas que se acostumbran a enarbolar.

Sin embargo –como dice aquel proverbio – “todo está perdido, el honor incluido…” ¿o será al revés?: “el honor está perdido, en un todo incluido…” Bueno, como sea que diga el dichoso proverbio, con las gomas que no se pudieron quemar abandonadas por las carreteras no se ha perdido todo el esfuerzo, porque ahí donde ustedes las ven están desarrollando un enorme servicio a la causa.

Esas gomas abandonadas están acumulando agua, y el agua es vida, principalmente para los mosquitos del dengue clásico y el dengue hemorrágico. Y si echamos algunos números estadísticos medio inventados estimamos que en cada goma pueden criarse unos doscientos mosquitos, que criados en unas 500 gomas no quemadas durante la huelga arrojarían un estimado de 100 mil mosquitos, que con algo de suerte puede ser que todos sean del Aedes aegypti y del Aedes albopictus.

Ahora, si sumamos los efectos del Aedes aegypti y Aedes albopictus, junto con los efectos del Aede sur, Aede norte y Aede este, el resultado sería asombrosamente catastrófico para la salud nacional, principalmente de los niños, obteniendo entonces una crisis en los hospitales que pondría loco al gobierno, lográndose entonces lo que no se consiguió quemando las gomas.

Así es que ya lo sabemos. En caso de que vayamos a quemar las gomas hagámoslo cubriendo las carreteras por completo a las entradas y salidas de las ciudades, para que se joda todo el asfalto. Pero si se nos aprieta el pecho a la hora de darles fuego, dejémoslas colocadas de manera que cojan suficiente agua, para que se críen mosquitos y nos ayuden con esta justa causa.

Pescado importado de Pedernales

Lo que ven en la foto es pescado importado desde Pedernales, la provincia donde la pesca es todavía abundante, precisamente porque todavía no le han depredado lo que tiene de manglares ni le han envenenado las aguas con albañal de hoteles o núcleos de hacinamientos humanos.

Por estas épocas en Pedernales y en Barahona la presencia de atún crece y los precios bajan. Recuerdo haber comprado atún en Pedernales a 5 pesos la libra, porque los pescadores no tenían donde guardarlo y tenían que salir de la pesca antes que se descompusiera.

Parece que eso no ha cambiado mucho por ahí. Otra cosa que recuerdo en relación con estos asuntos de pesca es que estuve en el 1999 con una comisión de CARICOM en sitios de desembarques de Barahona y Pedernales, y el problema era el mismo en todos los sitios: no tienen congeladores (freezers) para guardar la pesca, por lo que tienen que limitar las capturas, aunque les estén pasando peces por cientos frente a sus narices.

En realidad, la República Dominicana no es un país pesquero, no tenemos una cultura de la pesca. Pero en esas costas del sur bien valdría la pena intentar desarrollar algo de esto. No por intentar desarrollar una industria pesquera, sino por hacer que se pesque lo que el mar está ofreciendo y se establezca una cadena de hielo que permita que la pesca llegue por lo menos a la gente consumidora de las otras ciudades, sin necesidad de que se estén corriendo los riesgos que se corren al comprar pescado como lo ven en la foto, al aire libre, expuestos al humo y al polvo, con altas posibilidades de descomposición inadvertida y expuesto el pescado a la contaminación.

Pase usted,  derecho al mar

Esto es lo que parece decir el semáforo que está en la autopista 30 de Mayo, al tomarla al final de La Feria: “Pase, siga derecho hacia el mar”.

Que alguien me explique. ¿Qué indica una luz verde con una flecha indicando seguir en la misma dirección que usted trae?

Si es luz verde con una flecha indicando hacia la derecha, es que le está dando paso para doblar a la derecha. Si la flecha con luz verde está indicando a la izquierda, es que le está dando paso para que doble a la izquierda. Pero si la flecha, con luz verde, le está señalando la misma dirección que usted trae, es que le está “permitiendo” seguir derecho.

Ahora, ¿es eso lo que está sugiriendo esa flecha en verde?, que siga derecho?, hacia el mar? Porque no hay manera de seguir derecho y llegar a otra parte que –previo comerse los bancos del malecón – se llegue hasta el mar. Díganme si no tengo yo razón.

Espero que nadie le haya hecho caso a semejante indicación.

Pero además, según noté, esa flecha está siempre encendida, aunque esté la luz roja para quien viene de frente, entrándole perpendicularmente a la autopista 30 de Mayo. Lo que significa que a la vez que le manda a detenerse le está mandando a seguir también… ¡y miren hacia dónde¡

Es posible que esa sea la causa por la que han habido varios accidentes en ese punto, principalmente de noche, cuando hay menos tránsito, pero que es cuando la gente anda más cansada, pensando menos y bebiendo más.

Detalles de la cuidad
Una por el ayuntamiento

La campaña “bájale algo”, que utiliza carteles en vallas bajas de la ciudad, parece ser la campaña más inteligente en su creatividad y diseño de las que se han hecho en los últimos… ¿20 años?

Primero, se está utilizando una frase muy socorrida por los jóvenes para indicarle a la gente que se está pasando de la raya. Segundo, se está refiriendo a situaciones que son realmente molestas, verdaderas agresiones a la gente, al ambiente y a la ciudad, situaciones que alteran la paz y la convivencia.

Son agresiones que las vemos a diario: vehículos subiéndose a los bordillos y aceras, motociclistas exhibiendo su pericia en medio de la calles, automóviles con altavoces a todo volumen, destrozándoles los oídos y los nervios a los demás. Pero además están aquellas situaciones en que las que nos encontramos con las aceras ocupadas por talleres de mecánica y hay que irse por la calle encharcada. O aceras totalmente cubiertas de mesas y sillas de un colmadón y mil personas bloqueando el paso de la gente. Creo que el Ayuntamiento debe insistir con esa campaña, llevarla a la radio, a la televisión (si no está ya, porque no veo mucha televisión). Es un mensaje saludable, conciso, que no abunda en palabras, que resulta simpático, con el que uno se solidariza de inmediato. Esa campaña debe crecer de alguna manera hacia los barrios.

En esta ocasión el Ayuntamiento del Distrito Nacional ha utilizado una manera inteligente de llevar una sugerencia a aquellas personas que piensan que los espacios públicos les pertenecen o que son los espacios ideales para exhibir sus “poderes”, o que son los escenarios adecuados para llamar de alguna manera la atención. “Bájale algo” está muy bien.

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