Las redes sociales y su peligrosa versatilidad para el bien y el mal

Las redes sociales y su peligrosa versatilidad para el bien y el mal

Asumidas con entusiasmo por usuarios a nivel mundial que a ellas recurren para ensanchar relaciones interpersonales y crear enlaces para otros beneficiosos fines honestos que son posibles por Internet, las redes sociales también abren puertas al engaño y al ostensible riesgo de exponer privacidades a pescadores de oportunidades que en las sombras del anonimato electrónico se disfrazan de ovejas para el secuestro de voluntades y manipulaciones inconfesables.

Un 41% de los adolescentes dominicanos de ambos sexos se dejan llevar a la influencia de desconocidos mientras navegan por el ciberespacio en el que podrían ser convertidos en víctimas de explotación sexual en línea o son cautivados por embaucadores para extorsiones dirigidas a valerse de sus intimidades en la forma que les venga en gana y lucrarse de su dinero bajo presiones y chantajes repetidos.

Todos los jóvenes entrevistados para un estudio aplicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) coincidieron en que las chicas son las más vulnerables a recibir solicitudes de personas desconocidas que podrían esconder intenciones defraudadoras. Se sabe de la llegada numerosa del exterior de aventureros que han usado las conexiones de Internet para con sus simulaciones generar vínculos que les permiten conquistar a dominicanas para timos y cosas peores.

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«Buscar amigos» por la Internet figura como el principal motivo de la juventud dominicana para usar la Internet, área en la que la intemperancia abre fácilmente las puertas al fracaso. En la segunda preferencia está ir al alcance de los repertorios de la truculenta modernidad con que YouTube llena su transmisión de géneros musicales que las peores calificaciones reciben de los maestros del arte de combinar los sonidos con el tiempo, siendo la mercancía de horror sonoro de mayor consumo en ese público dominicano.

Las modalidades vocales e instrumentales que emiten apologías a los vicios, las relaciones sexuales irresponsables y los comportamientos machistas que tratan a las mujeres como meros objetos ejerce una seducción a la que algunos especialistas atribuyen el auge de la violencia social y de las conductas desordenadas. El uso de la Internet para efectuar provechosamente tareas escolares y estar bien informados como ciudadanos, no roba mucho tiempo a las «masas populares».

Un público juvenil desavisado que es lanzado a la vida desde las deficiencias de la educación dominicana, reconoce que la Internet le hace llegar, preocupantemente, a riesgos de suplantación de identidad, robos de contraseñas, hackeo de cuentas por redes sociales y ataques de virus informáticos pero la medición de sus usos de las plataformas sociales confirma atracción por contenidos pornográficos que contribuyen a que haya cada vez más víctimas de los desasosiegos del ciberbulling y del acoso sexual.

Buena reputación

Con el surgimiento de las redes sociales muchas personas sintieron que los horizontes para generar vínculos se ensanchaban con una casi mágica posibilidad de conectarse con otros seres en cualquier lugar del mundo. Y a poco, científicos sociales las aplaudieron tomando en cuenta que: «Las relaciones interpersonales son parte de la esencia natural del hombre y la mujer» y estarían llamadas a ejercer un rol positivo que se da en muchos casos.

Fueron saludadas como medios en los que resulta posible expresarse libremente y encontrar una identidad propia aprendiendo a compartir y vivir en comunidad, espacios en los que además sería posible encontrar apoyo emocional que muchas veces falta en la vida de los adolescentes. Y en efecto, en su primer protagonismo el sitio llamado SixDegrees.com inauguró el permiso a los usuarios a tener un perfil y a agregar a otros participantes en un formato parecido a lo que se conoce hoy. El sitio pionero llegó a tener en su auge 3,5 millones de miembros y al cerrar en el 2001 ya no era el único.

Su potencial como medio para estrechar vínculos mercadológicos con eventuales compradores convirtió a las redes sociales en espacios ambicionados para conquistas empresariales: interactuar con prospectos y clientes. Convertidas rápidamente en escaparates de productos moviéndose entre usuarios para enterarse de sus gustos, deseos y otras informaciones que pudieran ser valiosas a fin de obtener beneficios de usuarios a conquistar.

Una encuesta a nivel de América Latina y el Caribe a la que se refirió la publicación de estudios sociológicos «Scielo» aseguró en su momento que la expansión de las redes sociales no tendría pausa.

Experimentaría un crecimiento continuo de su uso y el número de usuarios mensuales activos para este año 2023 estaría en cifras de muchos millones de reclutamientos; con porcentajes importantes de comunidades juveniles.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) llegó a aplaudir su enorme alcance, contando para entonces con 500 millones de usuarios, con la mitad de ellos accediendo diariamente a las redes. Consideró favorable que ampliaran el acceso a la información y permitieran compartirla con gran potencial para asistir a la organización en «la consecución de sus objetivos de crear una cultura de paz y promover las sociedades del conocimiento inclusivo» y otros beneficios.

Escapar al peligro

Sin embargo. la agencia de la sociedad civil Vanderhoven, que publica para América Latina y el Caribe una revista científica de orientación, ha advertido de los peligros de contenidos que se extienden por el mundo de habla castellana con mensajes de odio y otros que podrían influir negativamente en la niñez y juventud locales. «En este rango se incluyen acceso a pornografía, mensajes racistas, xenofóbicos y sectarios» y ha reflejado preocupación por el espectro de la comunicación actual y de mensajería a disposición de media humanidad.

Chats y redes sociales, entre otros medios de los conductos electrónicos, están ligados a «ciberbulling», acoso sexual, riesgo de invasión a la privacidad para obtener datos y fotos personales que pueden ser sustraídos. «Los cazadores de mentes» son relacionados al uso indebido de la información y de fotos personales y al empleo de datos para dar seguimiento al comportamiento de la niñez y la adolescencia con malos fines.

Volviendo a los estudios sociológicos de «Scielo» y a otros investigadores de la conducta humana, es notable que al surgimiento de las redes sociales nadie vislumbraba su impacto en la niñez y adolescencia ni se alcanzaba a dimensionar las implicaciones tanto positivas como negativa que podrían tener». Ya en la actualidad se conoce que «menores de edad están siendo engañadas, utilizadas en redes de prostitución infantil, secuestradas y violadas por supuestas amistades que cultivaron en redes sociales y que no son más que perfiles falsos de pedófilos y degenerados».

Captar a través de la magia de Internet la atención de la niñez y adolescencia está resultando fácil con el uso en redes sociales de videojuegos y mensajes, vías por las que se les hace llegar contenidos nocivos de situaciones sexuales, violencia, misoginia y xenofobia y una perversa inducción al suicidio. Otra forma es motivar a niños y adolescentes a compartir entre ellos informaciones personales, fotografías y videos familiares que los adultos de la maldad toman para convertirlos en mercancías para la suciedad de sus tráficos con otros adultos.