Las reformas que queremos los ciudadanos

Las reformas que queremos los ciudadanos

Leonardo Díaz Jáquez

Este artículo será una especie de carta al señor presidente de la República, Luis Abinader Corona, quien por su forma de gobernar se ganó nuevamente el respaldo del país en las elecciones pasadas y además, porque el presidente dominicano tienen un poder político como pocos y hacia donde apunten sus intenciones se inclina la balanza de las decisiones que al final se toman, aunque sean por consenso.

Soy de los que entienden que debe haber una reforma fiscal para hacer más sencillo el cobro de los tributos y que los que disfrutan de mayores ingresos sean los que más impuestos paguen, así como que haya un mejor control del gasto en el Gobierno y una mayor rigurosidad en la elaboración y ejecución del Presupuesto. Por suerte, la mayoría de los que hacen opinión pública coinciden en estos puntos.

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Señor Presidente, usted ha dicho que sus próximos cuatro años de gobierno serán dedicados a realizar los cambios que el Covid y sus consecuencias impidieron realizar; de manera explícita, en relación al poder que su partido tendrá en el próximo Gobierno, usted dijo será utilizado “para (realizar) las reformas que necesita la República Dominicana, para avanzar, para eliminar la pobreza, para mejorar nuestra calidad de vida, para mejorar la salud, para mejorar la seguridad ciudadana, para mejorar nuestra educación. También dijo que le pondría “un candado a la Constitución para que ningún presidente que tenga el poder que tenemos ahora quiera cambiar los términos de elección”.

De lo dicho en el párrafo anterior, el país necesita la primera parte, la segunda puede ser una pérdida de esfuerzos y tiempo, ambos limitados, por lo que tengo la esperanza que usted se concentre en lo primero que es además lo más importante. La historia nos demuestra que las circunstancias son las que propician los cambios constitucionales por más traba que la misma Constitución tenga o se le incorporen.

Ahora bien señor Presidente, los ciudadanos queremos, necesitamos y debemos propiciar que tengamos un Estado menos costoso o caro porque creemos que para administrar eficientemente un territorio de 48 mil kilómetros cuadrados y 10 millones de habitantes no son necesarias dos cámaras legislativas y sus 222 miembros con todos los gastos asociados, incluido el famoso barrilito; 24 ministerios y 33 gobernadores más todas las direcciones que dependen de la Presidencia de la República, entramado gubernativo que en la práctica le dan a nuestro Presidente un poder tal que exceden a los monarcas del pasado.

Usted ha demostrado no tener más ambiciones políticas que el segundo mandato que los ciudadanos le dimos y que sus necesidades económicas están más que satisfechas por sus propios recursos, hecho que lo lleva a donar su salario de presidente, lo que me hace pensar que usted está en una condiciones privilegiadas para propiciar las reformas económicas, hacer más eficiente y menos costoso para los ciudadanos la administración del Estado.