En el país todos estamos de acuerdo acerca de la importancia económica y social de las medianas y pequeñas empresas, las llamadas Pymes. Estos negocios están desparramados por toda la geografía nacional y son, según estudios oficiales y privados, los que más empleos generan. Hoy se sabe, incluso, que estos empleos son más rentables que la mayoría de los puestos de trabajo del sector público y  de las grandes empresas.

Fondomicro es la institución que estudia de manera sistemática estas empresas. Según los últimos informes de esta unidad, hay 616,216 medianas y pequeñas empresas y emplean casi millón y medio de personas. Pero esta importancia crece más cuando nos damos cuenta, por los mismos informes, que los puestos de trabajo que genera representan más del 60% de todos los empleos del país.

Todos los partidos políticos y los gobernantes que hemos tenido en los últimos 20 años han reconocido la importancia de este subsector y han dicho, sobre todo los últimos,  que lo apoyarán y que crearán las condiciones para que no le falte financiamiento.

Estas pequeñas y medianas empresas tienen dos grandes necesidades: financiamiento y asistencia técnica para mejorar su cultura de hacer negocios.

El gobierno del doctor Leonel Fernández creó Promipyme,  que ha estado apoyando este subsector económico. Sin embargo, es mucho lo que se necesita. Apenas el 10% del total accede a fuentes formales de financiamiento. El resto se nutre de fuentes informales, incluyendo algunas ONG. Pero los intereses son usureros y estos medianos y pequeños negocios no aguantan. Hace falta una política estatal más definida y más generosa a favor de esas grandes creadoras de empleos.