Las relaciones gobierno-ayuntamientos

Las relaciones gobierno-ayuntamientos

CÉSAR PÉREZ
Lenta, pero inexorablemente, los temas del municipalismo y el urbanismo se expanden en el país, el primero traspasa los estrechos ámbitos de la academia y penetra en el mundo de la política y de los políticos, haciendo frecuente y por momento muy apasionado, el debate entre muchos de ellos sobre su importancia y pertinencia para el desarrollo de la democracia.

El segundo, sostenidamente se profundiza en las escuelas de arquitectura y se integra a las reflexiones de algunos arquitectos que descubren no sólo que este es vital para una buena gestión urbana y municipal, sino que es también una salida de ejercicio profesional para ellos.

Estos constituyen los temas del presente y del futuro para una diversidad de instituciones políticas, financieras y de cooperación.  El pasado mes de octubre se celebró en Antigua, Guatemala, el VII Congreso del la Unión Iberoamericana de Municipalistas, UIM, con la asistencia de cerca de 500 personas de todo el continente americano, de Mozambique, Portugal y de España, siendo este un encuentro de debate plural, con ponencias de altos funcionarios de bancas multilaterales, como el Banco Mundial y donde se eligió como presidenta de la UIM, una alcaldesa del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, FMLN.

La delegación dominicana a ese congreso fue de las más numerosas y entre sus componentes nos encontrábamos académicos, activistas políticos y algunos síndicos. No fue una simple casualidad que fuese tan diversa y numerosa (15 personas), con ello se demuestra tanto el interés, como el lento, pero sostenido desarrollo del municipalismo en nuestro país. Por su importancia hemos insistido por más de dos décadas en que la clase política dominicana debe aquilatar la trascendencia de estos temas y los asuma como algo indispensable para el fortalecimiento institucional y democrático del país.

Por esa razón, tienen particular importancia algunos gestos dado por el Presidente de la República en los últimos días: primero, detuvo llamando al diálogo, el cause que iba tomando el conflicto surgido entre el gobierno central y algunos municipios, por la disposición de la Secretaria de Interior y Policía de reasignar a los gobernadores provinciales los equipos que el anterior gobierno le asignara a esos gobiernos locales, segundo, anunció que el gobierno quiere ser parte de la solución a los problemas del vertedero que afecta el Distrito Nacional y los municipios que la circundan.

Además, los técnicos del gobierno que discuten el presupuesto para el próximo año, han iniciado un diálogo con los representantes de los ayuntamientos para discutir las asignaciones a éstos, exponiéndole claramente sus intenciones de asignación, dado los recursos disponibles.  Todo eso podría ser una indicación de que este gobierno ha comprendido que abusando del poder no es la manera de relacionarse con los poderes locales, o que comienza a ver que el tema de municipal debe ser enfrentado de manera diferente, no con la miopía y prepotencia de los gobiernos centrales que hemos tenido, sin excepción.

El gobierno y de manera particular su presidente, tienen una excelente oportunidad para desarrollar una política municipal de colaboración y acuerdos con los poderes locales, la cual contribuiría a disminuir las tensiones y diferencias con una oposición que le supera en término de fuerza en los ámbitos municipales y congresionales, contribuiría al fortalecimiento institucional del país y por tanto, a la gobernabilidad democrática y sería coherente con el discurso sobre la importancia de la descentralización como herramienta para un buen gobierno  y para el desarrollo de la democracia.

La poca importancia que la clase política dominicana le atribuye a esos temas, constituye uno de los factores determinantes de la incomprensión de que varios problemas localizados en algunos municipios son esencialmente problemas nacionales y por lo tanto, no son de exclusiva incumbencia de los ayuntamientos, sino también del gobierno central. Cómo explicar la magnitud del problema del manejo la de la basura en la capital, patrimonio de la humanidad, la permanencia y esencia del conflicto alrededor de su vertedero, la ambivalencia institucional en el tema de la gestión de su centro histórico y sus graves déficit de infraestructuras de servicios, con edificaciones clasificadas como hitos a preservar en estado de abandono y con grandes hacinamientos, entre otros males.

Igualmente, esa poca importancia al tema municipal, determina que Santiago, la capital del cibao, no tenga un vertedero adecuado y se ahogue en humo y basura, se arrabalice en su centro y crezca sin sentido. También que se establezcan polo turísticos sin políticas de asentamientos humanos que determinan la desaparición de comunidades o que estas crezcan sin control en medio de carencias de servicios y de hacinamiento de su población.

Estos y otros problemas de éstas y otras ciudades, trascienden los ámbitos municipales y adquieren una dimensión nacional que debe ser enfrentados en coordinación o alianzas estratégicas entre el gobierno central y los municipios e intermunicipales, sin desmedro de las competencias de cada institución. Los limitados recursos de los ayuntamientos les impiden acometer algunas tareas esenciales, por eso un municipalismo inteligente tiende a buscar al gobierno central como aliado para la solución de algunos temas.

En tal sentido, ojalá que los últimos gestos del Presidente, relativos a sus relaciones con los ayuntamientos, estén orientados por un sentido de responsabilidad política tendente a institucionalizar y modernizar las competencias de los poderes del estado y no por el simple instinto de aprovechar las debilidades de un partido opositor con una dirección fragmentada, errática, y díscola que no merece del poder que tiene.  Si está guiado por lo primero, estaría actuando de acuerdo con su formación y con coherencia entre su práctica y su discurso, de lo contrario, estaría evidenciándose como otro presidente más. Solo eso.

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