Por MARIEN ARISTY CAPITAN
Un 47.3% de los dominicanos que tienen familiares fuera del país recibe remesas, mientras que un 35.9% tiene intenciones de vivir y trabajar en el exterior, según la «Encuesta de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés)».

En cuanto al origen de estas remesas, cuya cantidad promedio oscila entre los entre los RD$3,501 y los RD$5,250 mensuales, el 41.7% de ellas procede de los familiares que residen en los Estados Unidos, mientras que el 44.9% de los que viven en otros países (no especificaron cuáles). Un 6.8%, por otro lado, recibe remesas de otras personas que no son familiares.

En cuanto a la población en general, el índice que recibe remesas es de un 19.6%. Paradójicamente, estas remesas llegan más a las zonas de Santo Domingo y Santiago, las más ricas del país, con un 24.4% y un 20% de los envíos. Igual sucede respecto a las zonas urbana y rural: la urbana tiene un nivel de remesas significativamente más alto que la rural.

Pasando a los grupos de mayor riqueza, la encuesta indica que un 40% de los entrevistados más ricos recibe remesas, en contraste con un 2.9% de los pobres que reciben remesas.

«Llama la atención el dato de que un alto porcentaje de las remesas se destine a los dominicanos de mayores niveles de riqueza en la sociedad. Esto apoya la idea de que el fenómeno migratorio no es simplemente un asunto de personas pobres que abandonan sus países, sino también una opción social para personas de capas medias que no logran alcanzar los niveles de consumo deseado en su país de origen», dice el estudio.

LOS QUE SE QUIEREN IR

Según la encuesta, recogida en el libro «Cultura Política de la Democracia en República Dominicana: 2006» de la autoría de Rosario Espinal y Jana Morgan, el 35.9% expresó intenciones de vivir o trabajar en el exterior.

La mayoría de esta gente procede de la zona de Santo Domingo y el norte, con un 39.4% y 40.2% respectivamente, mientras que en el sur se registra un menor porcentaje de quienes planean vivir o trabajar en el exterior: sólo 21.5%.

Aunque la intención de irse del país va aumentando con el nivel educativo, la tendencia cae entre los que tienen educación universitaria: mientras el 48.3% de las personas con educación secundaria quiere irse, sólo lo desea el 33.6% de los universitarios.

Continuando con el nivel educativo, 17.1% de los que no tienen ningún tipo de educación desea emigrar, al igual que el 29% de los que llegaron a completar la primaria.

Otro aspecto que se resalta en el volumen es que la intención de mudarse al exterior disminuye con la edad: mientras el 54.1% de los que tienen entre 18 y 25 años quiere irse, menos de 20% de los mayores de 45 años desea salir a vivir en otro país.

Respecto a las otras edades, el porcentaje de personas que tienen de 26 a 35 años y quiere marcharse es de un 48.8%; de 36 a 45 años, de un 31.7%; de 46 a 55, de un 15.5%: de 54 a 65, de un 16.8%; y con más de 60 de un 4.5%.