Las remesas y su impacto en la mesa

Las remesas y su impacto en la mesa

Es de sobra conocido que las remesas – envío de moneda fuerte desde el exterior a familias dominicanas por parte de sus parientes – se ha convertido en una de las tres principales fuentes de ingreso de divisas. No es un privilegio de la RD; de hecho es un fenómeno mundial que en los últimos años mantuvo una tendencia creciente bordeando los 300 mil millones a nivel global.

Entre el 2000 y el 2007 la llegada de dólares a la economía interna por este concepto reflejó un incremento del 180 por ciento, saltando de los 1,689 millones de dólares a 3032.7 millones. Para el 2008 las previsiones, no determinadas definitivamente aún, apuntaban a que las mismas se mantendrían, aproximadamente, al mismo nivel que en el 2007.

Estimaciones señalan la posibilidad de que lo que se recibe sea realmente superior en un 15 por ciento a lo que recogen las estadísticas debido a los mecanismos informales que se siguen utilizando.

RD es el tercer receptor de remesas desde EE.UU. solo superada por México y Brasil. Sin embargo, en términos del total de la población que las recibe ocupa el primer lugar continental con un 38 por ciento.

Atendiendo a la proporción del PIB total que representan las remesas la RD se sitúa en el quinto lugar en la región. Desde el 2006 se ha situado en alrededor del 13 por ciento del PIB.

A mediados del 2008 un estudio señaló que el 70.6 % de las remesas que llegaban al país provenían de los EE.UU., en tanto un 11.4% venían de España; 4.5% de Puerto Rico, 3.5% desde Italia y al resto del mundo correspondía el 10%. Un dato sumamente significativo es que el 60% de lo que se recibe se destina a los gastos corrientes – esencialmente consumo de subsistencia. En RD el 73% de los beneficiarios con esos envíos son mujeres (el 45% de los que envían también son mujeres).

Desde los ochenta la emigración ha crecido y se ha feminizado. Nótese que más del 80% de las remesas provienen de los EE.UU y España, dos naciones que reciben un brutal impacto de la actual crisis mundial.

El efecto que tendrá esa crisis en la recepción de remesas en el 2009 es imprevisible, pero es de esperar que sea severo teniendo en cuenta el nivel creciente de desempleo en esas y demás naciones.

En consecuencia, si el 60% de las entradas se destina al consumo diario y el promedio de ingresos cada día en el 2008 fue de 8.22 millones de dólares, que posiblemente disminuyan  en el 2009, es de esperar que el impacto de la crisis – vía la reducción de las remesas – tenga un fuerte impacto en la mesa de al menos el 38% de la población.

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