Las sales de baño
Consejos prácticos para elaborarlas en casa

Las sales de baño <BR><STRONG>Consejos prácticos para elaborarlas en casa</STRONG>

Luego de una ardua jornada de trabajo, cuando el cuerpo, cansado y estresado,  pide un rico baño para despejarse de todas las tensiones que causa un día cargado, resulta muy relajante meterse en la tina o en el jacuzzi y dejarse llevar por las bondades que aportan las sales para el baño.

Estos preparados ayudan a tonificar el cuerpo y la mente y permiten una relajación completa en esas partes del cuerpo adoloridas o tensas por causa de movimientos bruscos o de posiciones corporales inadecuadas.

También son ideales para contrarrestar los síntomas de un resfriado y para mejorar dolores en las articulaciones, además de que proporcionan un agradable aroma que dependerá del gusto de quien las use y de las ofertas que puedan encontrarse.

Las sales de baño son un complemento en la decoración, son parte de la aromaterapia y participan como protagonistas en baños terapéuticos y reparadores. Y ya que sus diversos usos las hacen ser merecedoras de ocupar un lugar privilegiado en un rinconcito del baño del hogar, es importante aprender a elaborarlas y lograr, con diversos elementos, fabricar sales con ingredientes que se adecuen a nuestras necesidades y gustos.

Y para lograr esto, se requiere sólo de un poquito de ingenio, de las herramientas adecuadas y de algunos consejitos prácticos a cargo de expertos en la web, que le trazarán pautas para la fabricación de sus propias sales de baño.

 Pero siempre teniendo en cuenta que, para empezar, deberá hacerlo con sal normal o gorda en una cantidad que se pueda envasar. Luego se pone la sal en los recipientes que se vayan a usar para calcular la cantidad que se necesita sin desperdiciar nada.

También se debe de comprar colorante de uso cosmético, esencias para jabón (que puede encontrar en tiendas especializadas en aromaterapia), un recipiente para mezclas, unos tarros de vidrio o bolsas para conservar las sales, y una cuchara para mezclar, mejor si es de acero inoxidable.

Elaboración

Ponemos la sal en un recipiente y añadimos los colorantes, poco a poco, hasta dar con el tono deseado. Después incorporamos las esencias, mezclamos bien e impregnamos sobre todas las sales. Dejar unos minutos que la mezcla coja el aroma y comprobar si el olor es el adecuado a nuestros gustos.

También podemos escoger aceites esenciales de aromaterapia para perfumar las sales. Con esta opción conseguiremos, no sólo sales relajantes, sino terapéuticas para nuestro cuerpo dependiendo de los aromas elegidos.

Evitar en todo momento empapar las sales; éstas deben estar secas antes de envasarlas. A la hora de ponerlas en un recipiente, escogeremos frascos de vidrio vistosos que nos sirvan para conservarlas y, a su vez, decoren el cuarto de baño. Podemos usar asimismo bolsas de celofán, siempre y cuando éste sea lo suficientemente grueso. Si es necesario, utilizaremos dos.

También podemos jugar con esta mezcla tan sencilla y conseguir sales de baño mucho más sofisticados. Por ejemplo, podemos conseguir sales efervescentes únicamente añadiendo a la base una parte de bicarbonato y otra de ácido cítrico previamente mezcladas. Con ellas logramos preparar la piel para la acción de otros bálsamos y aceites esenciales que contengan las sales.

Recuerde que la sal marina es la mejor para hacer sales de baño por sus propiedades medicinales. Puede añadir pétalos de flores y otros elementos vegetales aromáticos que casen bien con la esencia de las sales. Y no olvide tener cuidado con los aceites y perfumes, porque si son muy puros pueden resultar irritantes para la piel.

Aceites esenciales

Árbol de té: antiviral, regenerador y adecuado en casos depresivos. Reparador, aplicado en pies y piernas.

Azahar: calmante, regulador del sistema nervioso, antiséptico, equilibra la piel y mejora el sueño.

Eucalipto: expectorante. Eficaz en estados catarrales.

Hoja de naranjo: equilibra la circulación y el sistema nervioso. Mejora los trastornos del sueño y los problemas de corazón.

Incienso: relajante. Eficaz para personas con problemas de insomnio.

Lavanda: calmante muscular, beneficioso para el sistema circulatorio y la celulitis. Regenera las células y es eficaz para calmar quemaduras.

Limón: protege el organismo, elimina toxinas, activa el sistema nervioso y estimula los sentidos.

Sándalo: eficaz para la piel y para evitar las arrugas. Expectorante.

Zanahoria: nutritiva y muy buena para la piel. Regeneradora, depurativa y buena para el sistema digestivo.

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