Los adoquines que han puesto en el centro histórico de la ciudad corazón son un gran dolor de cabeza para las mujeres, quienes ven cómo se les enganchan continuamente los tacones.
POR SANTIAGO GONZALEZ
SANTIAGO.-A veces dando saltitos, y en otras simplemente haciendo buchitos, poniendo caras de pocas amigas, damas y jóvenes que se ven compelidas a caminar diariamente por las remodeladas aceras de aquí, manifiestan disgusto por el estilo adoquinado de estas.
Los tacos se enganchan o sencillamente se doblan tobillos lo cual muestra lo poco práctico de la reconstrucción de las aceras que ejecutan la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado y el Ayuntamiento de este municipio.
Las aceras, aún no terminadas, se han convertido con el paso de los días en lo que mujeres que hacen vida para sus labores cotidianas en esta zona denominan la incomodidad del siglo.
El arquitecto Roque Nelson Rodríguez, ex director del departamento de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento, dijo que las aceras adoquinadas en el casco urbano han sido un gran error.
Dijo que esta es en una época de arquitectura sin barreras y esta remodelación es una barrera natural para personas con problemas sicomotores, que en ocasiones deben andar en sillas de ruedas, con bastones o muletas y este estilo se lo impide.
Agregó que el caso es más grave para las damas que usan zapatos con tacos y hasta para uno que al caminar termina con los pies dolidos.
Explicó que lo que se aconseja modernamente es usar calzadas con dibujos y diseño pero de una superficie suave que tengan un buen desplazamiento.
Al casco histórico de Santiago se le ha querido colocar un sistema de imitación adoquinada que en vez de hacer bien hace mal.
Para hacerse este tipo de trabajo se debió consultar con los expertos, porque no es sólo cambiar el casco urbano viejo.
Otro de los detalles que se ve como no adecuado es la saturación de luces en las mismas aceras lo que ha reducido el espacio, lo que es otro instrumento de barreras para el libre paso.
Se han desarrollado soluciones antiimpedidos, las nuevas vías peatonales dan una sensación a lo antiguo, mientras aún están abierto los espacios para las esquinas por donde deberán subir embarazadas e impedidos.
Con el nuevo estilo, los desperdicios no fluyen, mientras propietarios de negocios y establecimientos comerciales aspiran a que las labores concluyan lo antes posible.
Pese a esas labores vendedores ambulantes, toldos, letreros y parquímetros quitan espacio a las aceras del centro histórico de Santiago.