Las sequías y sus grandes daños

Las sequías y sus grandes daños

La sequía meteorológica es un considerable período en el que las lluvias registradas son notablemente inferiores a las normales; en tanto que sequía agrometeorológica es un apreciable déficit de humedad en el suelo, consecuencia de lluvias insuficientes que no satisfacen la evapotranspiración potencial (necesidad de agua en el suelo para satisfacer los requerimientos de las plantas sin que  sufran por efectos de sequías).

 Las sequías en sentido general son adversidades climatológicas que flagelan las actividades agropecuarias, abaten las fuentes de agua para uso humano e industrial y son el factor principal para la generación de incendios forestales, en fin, son fenómenos que en la casi totalidad de las veces afectan sensiblemente la economía de un país.

Hay tres tipos de sequías según su período de incidencia: a) sequías periódicas (en algunos meses del año), b) sequías permanentes (en todos los meses del año) y c) sequías accidentales (aperiódicas).

Las dos primeras son normales y nos permiten planificar y manejar esa adversidad climatológica; en tanto que las accidentales son las más dañinas, pues ocurren imprevistamente cuando se registran variaciones trastornantes en la circulación general de la atmósfera.

No obstante, un estudio bien profundo de su registro, extensión e intensidad ayuda a estructurar planes de lucha a fin de contrarrestar sus terribles efectos.

Muy crudas.  En el país las sequías accidentales  azotaron frecuentemente  de 1925 al 2004, presentándose en intensidad y extensión variables (desde débiles hasta severas), y casi todas ocurrieron en la segunda mitad de cada década; podemos citar la de los años siguientes: 1938, 1947, 1957, 1967, 1976, 1991 y 1997.

Estas sequías intensas causaron grandes daños a la economía, por ejemplo, la de 1957 afectó las plantaciones de caña de azúcar, e hizo que su producción disminuyera considerablemente, y además bajó su rendimiento; fue esto la causa del balance negativo del intercambio comercial en 1958, único año con balance negativo en  «Era de Trujillo».

Aunque en esos años ocurrieron las sequías más intensas, también en los años 1926,1949,1959, 1975 y 1989 se registraron sequías de categoría moderadas (déficit de menos del 25% de la humedad edáfica) que se hicieron sentir en grandes áreas de nuestro territorio nacional.

Desde el punto de vista puramente climatológico, esas sequías presentaron un alejamiento negativo promedio de un poco más del 26% respecto a las lluvias normales.

Las causas con las que se pueden relacionar esas sequías accidentales son con la máxima actividad solar de periodicidad undecenal y con la ocurrencia del fenómeno “El Niño” que presenta una periodicidad algo variable .

Las sequías accidentales agravan más la carencia de agua en aquellos lugares en donde las sequías son normalmente permanentes o periódicas.

En la mayoría de los casos esas sequías culminaron a la altura de julio, restableciéndose el régimen pluviométrico normal. 

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Para comparar

Estamos completando un estudio detallado del comportamiento de todos los tipos de sequías que nos han afectado, a fin de que se puedan estructurar planes racionales de manejo y lucha ecológica contra esas adversidades climatológicas.

Una sequía terrible

Entre las grandes sequías que ha registrado el país, se cuentan la de 1957, que   afectó las plantaciones de caña de azúcar, e hizo que su producción  disminuyera considerablemente.

Muchas pérdidas

Las sequías intensas causaron grandes daños a la economía.

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