Las teclas del piano del gobierno

Las teclas del piano del gobierno

Las hermanas Zorrilla González practicaban incesantes escalas ascendentes y descendentes, con el método “The School of velocity”.

La graciosa Graciosa Bobadilla Beras iba a casa a dar una queja de mi conducta. Cuando se acercaba, me senté al piano y toqué algunos compases de una pieza titulada “Long, long, ago”. No hubo queja. Graciosa era pianista. No seguí los estudios de piano.

Hemos tenido pocos pianistas de renombre: el concertino Hugo Toyos Vargas, Michel Camilo y no recuerdo otros nombres.

Los conocimientos y habilidades musicales de papá incluían la afinación  de pianos, independientemente de tocar todos los instrumentos de viento, y los de cuerda. Creo que no tocaba guitarra.

Como asistente de papá en una que otra afinación de pianos recuerdo el sonido fofo, amorfo, átono, de aquellas cuerdas no bien tensadas, incorrectamente calibradas para que produjeran el sonido asignado en la escala musical.

Apretar o aflojar la clavija contribuía a que la cuerda produjera el sonido perfecto.

A veces pienso que la orfandad de grandes pianistas es fruto de que lo tocamos sin el debido afinamiento y un instrumento desafinado produce ruidos, no sonidos puesto que “el sonido es el principio original de la música sin el cual ella no existiría”.

Al intentar ejecutar el piano con notas desafinadas, con cuerdas destempladas, con instrumentos sin la preparación debida, caemos en la producción de ruidos y, en algunos casos, hay quienes venden gatos por liebres e intentan convencernos de que los ruidos son sonidos.

Nada más lejos de la verdad.

En los ensayos de las orquestas, bandas, grupos musicales filarmónicos, sinfónicos, orquestas de metales o de cuerdas, se detecta la inarmonía que produce algo tan aparentemente simple como tocar una nota que no está en la partitura o un semitono fuera de lugar.

La armonía se construye sobre la base de que cada quien haga correctamente lo que le corresponde en el momento preciso.

Uno de los problemas de nuestros gobiernos es que tienen una partitura (el programa de gobierno y las ofertas) y desconocen esas guías.

El hallazgo del pez león en las costas dominicanas es un peligro debido a que se trata de una especie depredadora de rápida proliferación que amenaza la fauna marina.

El Centro de Investigación de Biología Marina dice: “Hay que detener el avance de esta especie (el pez león)”.

El león del gobierno, ciego ante la corrupción, no quiere que se toque el piano, porque todas las teclas están desafinadas: alteración de presupuestos, obras de grado a grado, cobros indebidos por permisos gubernamentales, compras sobrevaluadas y un larguísimo etcétera.

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