Ante la aparición de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), es evidente que dos áreas del saber han presentado los avances científicos más notables de las últimas dos décadas. Y nos referimos a la informática (derivada de la tecnociencia) y la ciencia de la comunicación, reconocida hoy como “comunicología”, tras ser considerada en su estadio superior desde el plano científico, a partir de la revolución digital, la ruptura de paradigmas y modelos informacionales, estudiándose así problemáticas junto a la aplicación de nuevas líneas de investigación, las cuales aluden a los nuevos estilos de vida de la gente, a la cultura de los comportamientos, actitudes y prácticas de los individuos, ante su afán de transformar el mundo, desde la libertad expresión, la difusión de las ideas y los pensamientos, con su apuesta hacia la democracia participativa y colaborativa, en todas sus manifestaciones “algorítmicas”.
Y nos atrevemos a tildar este hecho como “manifestaciones algorítmicas” que se dan desde las matemáticas, las estadísticas y los datos (la bigdata), que gravitan en los entornos virtuales, como hemos expuesto en anteriores artículos, cuando originamos la nueva propuesta para encausar el ejercicio del periodismo de datos en la República Dominicana, el cual otorga mayor oportunidad de crecimiento humano; pero asimismo, vinculamos el tema desde el análisis de la información producida y digerida por “softwares” o por herramientas tecnológicas que posibilitan la inteligencia artificial de la mano con la inteligencia colectiva, como el caso de los educadores y educandos (profesores y alumnos), vía el aprovechamiento eficaz y efectivo de los recursos tecnológicos, sin importar distancia ni fronteras. A esto podríamos llamarme “e-learning”, sin embargo, es algo más que eso, es un nuevo modelo pedagógico aplicado con estrategias y tácticas vía los procesos de enseñanza- aprendizaje, “desde los medios y con los medios”, mejor conocido como la “educomunicación”, lo que representa hoy un desafío para la construcción social, considerándose los diferentes enfoques que adquiere esta dimensión, a partir de la hipermedia, la multimedia y la denominada comunicación transmedia.
La educomunicación ha venido como alternativa para cambiar al mundo y transformarlo, así aportando valores ante la crisis mediática evidente que ha venido arropando a toda la humanidad. La educomunicación ha surgido para velar también, por el uso y aprovechamiento adecuado de los recursos tecnológicos y dichos medios, ya que posibilita acciones formativas e instructivas. La robótica educativa, por ejemplo, a partir de hibridaciones entre la realidad virtual y física, el videojuego, entre otros productos instructivos y creativos forman parte de este paradigma trasformador.
Pero promover y aplicar la educomunicación también es responsabilidad de todos en la llamada era de la convergencia mediática y las TIC. Es responsabilidad de los maestros, comunicadores sociales y periodistas, así de todos los productores de contenido, para propiciar una verdadera sociedad del conocimiento, no solo basada en información, sino en saberes, los cuales sin lugar a dudas servirán para seguir transformando y construyendo bienestar social.
Si hacemos más educomunicación, así aportando valor y siendo propositivos con toda meta u objetivo, seguro que podremos construir una sociedad más justa y equilibrada para todos.
Aquí radica la importancia del empoderamiento de las inteligencias colectivas, así aunando esfuerzos desde la democracia participativa, los medios y las redes sociales, la escuela, la academia, el trabajo y todos los espacios de articulación social, tanto desde la sociedad física como, desde la sociedad virtual. La autora es doctora en comunicación y educación digital