Las toallitas del presidente

Las toallitas del presidente

Ocurrió en un conocido hotel de la avenida George Washington,  donde hube de asistir  al  almuerzo-conferencia organizado por la Asociación de Industrias, por invitación de un representante de una de las empresas que componen la membresía de esa asociación. Fue en ese encuentro donde el empresario José León Asencio dictó una conferencia  en presencia del señor presidente de la República, cuyo contenido estuvo lleno de verdades de las que no suelen oír los jefes de Estado de sus colaboradores,  funcionarios y asesores.

Al terminar la actividad me dirigí al baño, donde un joven ataviado con un extraño uniforme  “custodiaba” un montón de toallitas  blancas. Creyendo que, como se estila en los grandes hoteles, estaban disponibles para el público, tomé una para secarme las manos; pero no. El joven del uniforme extraño, notoriamente preocupado, me llamó la atención por el hecho, pues, según él, estas toallitas, que a simple vista parecían exceder la docena, estaban dispuestas sólo para el uso del “señor presidente” en caso de que  necesitara  entrar al baño, lo que finalmente no hizo.

Este hecho aparentemente simple, debe llamarnos a reflexión sobre ciertos signos exteriores con que se suele rodear el poder. Estas adulonerías innecesarias parecen ser reminiscencias de los tiempos de la dictadura donde el culto a la personalidad era fomentado por muchos y estimulado por sus beneficiarios. Tengo el convencimiento de que la personalidad y el temperamento del presidente Fernández no lo inclinan a propiciar tales cursilerías. Sin embargo, es tiempo de que los adulados den una muestra real y efectiva de que no quieren ser objeto de estas atenciones excesivas, tomando en cuenta que miles de dominicanos van muriendo cada día poco a poco por no tener satisfechas sus más elementales y perentorias necesidades. Esto de las toallitas, es solo un ejemplo.

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