Las traducciones de la Biblia

Las traducciones de la Biblia

Traducir las Sagradas Escrituras era algo trabajoso, pues una sola página se tomaba un mes entero. Pero había que hacerlo para preservar la verdad de Dios y para hacer llegara al mundo.

El Nuevo Testamento fue traducido al griego, que es un idioma indo-europeo. Fue en el Siglo III que el Antiguo Testamento fue traducido al griego por unos setenta traductores en Alejandría. A este se le da el nombre de “Traducción de los Setenta”

Los escritores sagrados usaron el hebreo hasta la invasión babilónica.

El arameo, de origen sirio-arábigo, fue usado en la diplomacia y en el comercio.

De las escuelas que se fundaron para aprender el hebreo los Escribas fueron los maestros.

 En el 330 Antes de Cristo, tras la conquista de Alejandro Magno, el griego fue la lengua dominante. Al que se usó en la traducción de la Biblia se le dio el nombre de “koiné”.

El Antiguo Testamento en hebreo se llama “masorético”.

El Papa Dámaso encargó a su secretario Jerónimo en el Siglo IV que hiciera una tradición.

Fue así como surgió la Vulgata, que se convirtió en la Biblia oficial de la Iglesia.

 El Codex fue lo primero que se pareció a un libro.

 Ya para el Siglo XIII las Sagradas Escrituras se dividen en capítulos. Y, de igual modo, en el Siglo XVI aparecen los versículos.

En la Edad Media dentro de los monasterios se hacían manuscritos.

Martín Lutero, el gran líder de la Reforma Protestante en el 1517, traduce la primera Biblia al alemán.

En el 1569 salió al mundo la primera versión en idioma español, conocida hasta hoy como Casidoro de Reina.

La segunda fue la Cipriano de Valera en 1602, pero fue una revisión de la de Reina. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas