Lency Alcántara 
El sector Cristo Rey, en Santo Domingo, enfrenta tres problemas críticos que afectan la calidad de vida de sus habitantes: escasez de agua potable, fallas en la gestión de residuos y apagones constantes.
Escasez de agua potable: un problema persistente
Los residentes de Cristo Rey lidian diariamente con la falta de agua potable, obligándolos a recurrir a camiones cisterna o almacenamiento en tanques, lo que representa un gasto adicional para una población mayoritariamente de bajos recursos.
«Cuando hay un poco de agua, no hay luz. Y cuando llega la luz, ya no hay agua. Es un problema constante,» lamenta Francisco Aracena Fernández, quien ha vivido en el barrio por más de 40 años.
«Los camiones de agua cuestan entre RD$800 y RD$2,000. Esta situación persiste desde que me mudé aquí en 1981. Antes, teníamos que cargar recipientes de agua por más de un kilómetro,» agrega.
Apagones que afectan la economía local
En barrios como El Caliche y Bronx de Cristo Rey, los cortes eléctricos han perjudicado a pequeños comercios.
«Desde que este Gobierno llegó, los apagones son una pesadilla. No aguantamos más,» denuncia Adonis Martínez, comerciante del sector.
El sistema eléctrico consume los kilovatios, obligando a los residentes a recargar constantemente el servicio.
«Vivo de la venta de frituras y mabí, pero sin luz nadie puede comprarlos. Ni siquiera el agua se conserva bien. Mis productos se han echado a perder,» lamenta Martínez.
Incluso, algunos residentes han organizado protestas improvisadas para exigir mejoras.
«Ayer la luz se fue a las 8 de la mañana y no volvió hasta las 10 de la noche. Los jóvenes del barrio tuvieron que hacer una huelga para que la reconectaran, y cinco minutos después volvió,» sostuvo otro afectado.
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Vertederos improvisados
En calles como la 41, la acumulación de basura genera serios problemas de contaminación, afectando la salud de los residentes.
A pesar de los esfuerzos municipales, la mala gestión de residuos sigue siendo un inconveniente recurrente.
«La basura se recoge dos o tres veces por semana, pero no es suficiente. Cuando llueve, los desechos terminan dentro de nuestras casas, y los ratones que aparecen son tan grandes que parecen perros,» comenta Ramona Luciano, ama de casa y residente de Cristo Rey.
Los habitantes del sector siguen exigiendo soluciones urgentes para mejorar su calidad de vida.
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