Las tres patas del
desarrollo dominicano

Las tres patas del<BR> desarrollo dominicano

En los últimos quince años la trayectoria que ha seguido la evolución del desarrollo dominicano está orientada en el aprovechamiento de los recursos naturales, localizados en la explotación de las bellezas naturales en el entorno de las playas, en el aprovechamiento agrícola de la tierra y extracción de una parte de los recursos minerales, que con timidez van ofreciendo una visión de la magnitud de esos recursos.

Para lograr la actual etapa de desarrollo, el país se ha afincado en las tres patas de un trípode que nos sostienen para el avance, identificados con la minería, el turismo y los haitianos.

Decir que los haitianos constituyen un soporte para el desarrollo dominicano parecería una herejía y una burda acción anti dominicana, así como un insulto a tantas mentes calenturientas anti haitianas, que ya quisieran ver un exterminio de esa población o el surgimiento de un muro, estilo al norteamericano en su frontera sur con Méjico.

Los haitianos están haciendo un aporte extraordinario al desarrollo nacional cuando ocupan las posiciones de trabajo despreciadas por los dominicanos en la agricultura, en las construcciones y en el turismo, que por el bajo nivel de salarios  hace que los dominicanos emigren, prefieran el moto concho, el delivery, los cómodos trabajos y arriesgados de distribuidor de drogas, o soñar con ser estrellas del béisbol o de la farándula.

El turismo, por más de quince años, se ha ido consolidando como la espina dorsal del desarrollo nacional desplazando a lo que fue el azúcar en las décadas del 60 y del 70 del siglo pasado. La existencia de más de 60 mil habitaciones hoteleras, y muchas más en construcción, augura un futuro promisorio para el país, aun cuando ha sufrido una merma por causas de la gran recesión mundial, pero sus efectos no han sido tan negativos.

La minería ha tenido sus logros notables, tanto con la explotación del níquel de Bonao como el oro de Pueblo Viejo, y en menor escala, la nueva planta que aprovecha el cobre de Maimón. Hay muchas exploraciones e investigaciones realizadas que destacan la cuantía de los recursos mineros, que requieren de mucha imaginación, dinero, esfuerzos y tecnologías de avanzada, de forma que el daño al medio ambiente no sea tan drástico.

La minería podría convertirse en la fuente más segura y estable de recursos siempre y cuando los contratos de explotación se concierten teniendo en mente los intereses del bienestar nacional y no que sirva para enriquecer a determinados funcionarios que hayan discutido los contratos. Se sabe que los inversionistas no son monjes de clausura y buscan un buen dividendo a corto plazo.

Sin dudas que ese trípode del desarrollo nacional sirve de afianzamiento, tanto para el sector empresarial, que tendría seguridades para sus inversiones, como para el Estado, siempre y cuando sus integrantes actúen de buena fe, dejando de lado sus egoísmos en busca de riquezas a la mayor brevedad en el perjuicio de las mayorías. Hasta podría lograrse que Haití se sacuda de su estado fallido, iniciando un proceso de crecimiento, apoyado en sus nacionales trabajando en el país, no solo como obreros sino en otras actividades de más categoría educativa.

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