Las vacunas como oferta  a la equidad o inequidad

Las vacunas como oferta  a la equidad o inequidad

En estos días se celebró en el país al igual que en todos los países del continente americano, la semana panamericana de vacunación. Para esta ocasión nos visitó la directora de la Organización Panamericana de la Salud, con sede en Washington, D. C.,  la muy querida y conocida doctora Mirta Roses.

Durante esa semana se efectuó la revacunación a todos los niños del territorio nacional con aquellas vacunas que contempla el  Programa Ampliado de Inmunizaciones de nuestro país, con el objetivo fundamental de cubrir cualquier falla de vacunación de los últimos tiempos y que esos casos, al acumularse, pudieran ocasionar brotes de enfermedades prevenibles por estas vacunas.

Saludamos y apoyamos estos esfuerzos, sobretodo porque cuando se vacuna a un niño dentro de la programación estatal, se le está ofreciendo equidad, ya que se vacunan todos los niños sin importar clases sociales, razas, creencias religiosas, en fin, a todos ellos.

Sin embargo, el desarrollo biotecnológico hoy día a nivel mundial, y el énfasis que se ha puesto en este siglo de que la prevención de enfermedades a través de las vacunas constituyen unos de los más importantes avances de la medicina, ha hecho que existan en el mercado una gran cantidad de vacunas nuevas que previenen no solamente las enfermedades infecciosas, sino también el cáncer en algunos órganos como es la prevención del carcinoma hepatocelular a través de la vacuna contra la hepatitis B y el cáncer cervical, vaginal y vulvar con las nuevas vacunas contra el virus del papiloma humano.

Es importante que el gobierno dominicano ponga más énfasis y recursos en vacunas, para disminuir la tasa de mortalidad materna e infantil, y las nuevas vacunas contribuyen notablemente a esos objetivos.

Además, estas nuevas vacunas al no contemplarlas el Programa Ampliado de Inmunizaciones, se convierte en una oferta equitativa de prevención a la gran población infantil nuestra, ya que el acceso a estas vacunas solo lo tienen los que pueden pagar por ellas, que es alrededor de un 3% de la población infantil, tomando en cuenta que nacen aproximadamente unos 228 mil niños cada año.

Las nuevas vacunas que podrán sin lugar a dudas contribuir con la disminución de la morbilidad y mortalidad, son entre otras: la vacuna contra el rotavirus: este virus, es el causante de más del 50% de las diarreas infantiles en nuestro país y vacunar contra el mismo, de seguro disminuirá el número de casos y muertes por diarreas.

La vacuna conjugada contra el neumococo, sin lugar a dudas disminuirá significativamente los casos de otitis media aguda, neumonías, septicemia por neumococo y meningitis neumocóccica que hoy día ocupa ésta última, el primer lugar como causante de esta enfermedad.

Y, si se optara también incluir la vacuna contra el virus del papiloma humano a los jóvenes a partir de los nueve años de edad, es decir, antes de que comiencen sus actividades sexuales, podríamos contribuir a evitar los cánceres antes descritos.

El incluir estas tres vacunas nos pondría a la par con países de economía intermedia como la nuestra y que la han incluido como son: Panamá, Costa Rica y siguiéndoles los pasos, El Salvador, que ya anunció para el mes de junio la introducción de la vacuna conjugada contra el neumococo.

Considero que debemos hacer los esfuerzos necesarios para que se invierta más en vacunas, sobretodo para acciones que produzcan resultados positivos a la población, elevándoles su calidad de vida, y las nuevas vacunas así lo han demostrado.

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