Las verdaderas cucarachas que debemos atacar

Las verdaderas cucarachas que debemos atacar

Desagradables, en más de una ocasión nos han provocado disgustos. Un susto aquí, un apuro allá, momentos de asco… sus efectos, definitivamente, son múltiples. Nunca, sin embargo, pensé que serían capaces de provocar tristeza.

Sólo después de la visita de Rihanna comprendí que las cucarachas son tan mágicas que develan todo tipo de sentimientos y actitudes. Y es que, tras el desafortunado tuit de la cantante, muchos hemos sacado a flote las miserias que llevamos dentro.

A pesar de que el comentario de Rihanna no me gustó por la puntillita de “only in DR”, las reacciones ante su queja por encontrar una cucaracha, un grillo y un murciélago (¿de veras un murciélagó?) en su habitación han sido desproporcionadas: la han insultado hasta la saciedad, haciendo de las burlas y la exageración una fiesta de muy mal gusto.

Mientras eso pasa, y dedicamos energías a ese tema, dejamos de lado las cosas que sí importan, es decir, las cucarachas de nuestra sociedad: denuncias por corrupción que no prosperan, un presupuesto que no convence por el desatino de las partidas, un ineficiente sistema de salud, una economía que sólo es buena para ricos y funcionarios y unos legisladores que prohíben las hookah pero no tienen tiempo para los proyectos importantes.

Son muchas las cosas que merecen atención. Como la lucha contra el cáncer de mama, que pierde su ímpetu cuando muere octubre; o la falta de educación cívica, algo que demostramos con demasiada frecuencia. Rihanna ha metido el dedo en la llaga. Ella nos ha vuelto a recordar lo que somos. ¡Qué tristeza!

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