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La noticia acerca de la muerte de Robin Williams causó tal revolución mundial que muchos comenzaron a preguntarse las verdaderas causas detrás del suicidio del gran actor.
Se sabía que tenía problemas de depresión, pero ¿cuáles son los motivos reales que lo llevaron a quitarse la vida?
«Se veía muy mal y estaba atormentado por sus problemas poco antes de suicidarse», reveló un vecino del intérprete, que se cree que fue el último vecino que lo vio con vida.
En efecto, Williams había hablado de su «miseria» al tener que volver a los 63 años a la televisión y tener que asumir papeles en películas que él no quería a causa de dos divorcios que le habían costado 20 millones de euros. Es que el actor se había casado tres veces y estaba bajo presión financiera.
«Robin se veía muy mal. Había perdido todo su peso y lucía excepcionalmente demacrado. Era como si no hubiera nada detrás de sus ojos, sólo una cáscara», agregó el vecino del tranquilo barrio residencial en donde vivía la estrella del cine.
«Fue muy duro para Robin tener que aceptar nuevamente un papel en la TV por dinero. Él no pensaba estar en ese lugar en este momento de su vida», aseguró una fuente, según el Daily Mirror, acerca del papel en The Crazy Ones.
Un amigo de la familia que recientemente habló con Robin dijo: «De lo único que podía hablar era sobre sus serios problemas de dinero. Robin sonaba distante durante las conversaciones telefónicas. Era conocido por ser generoso con sus amigos y familiares durante la cumbre de su éxito, y ayudaría a cualquier persona que lo necesitara».
Sus tres matrimonios. Robin se divorció de Valerie en 1988, después de 10 años de estar juntos. Ellos tuvieron un hijo, Zachary. En 1989 se casó con la niñera de Zachary, Marsha Garces, y tuvieron dos niños: Zelda (25) y Cody (22).
Pero la pareja se separó en 2008. Robin dijo entonces sobre las rupturas matrimoniales: «El divorcio es caro. Se rasga tu corazón a través de tu billetera».
Sin embargo, esas experiencias no le impidieron casarse por tercera vez en 2011. En ese caso, lo hizo con la diseñadora gráfica Susan Schneider.
En el pasado, el actor había luchado contra el alcohol y las drogas, como tantos otros grandes de Hollywood, pero luego había podido estar sobrio durante unos 20 años.
Susan fue la última persona que vio a su esposo con vida el domingo a las 10:30, cuando dijo buenas noches y se fue a dormir en una habitación separada, según un artículo publicado por infobae.
