POR DISRAELI  GUILLÉN
Nueva York.-Si la República Dominicana, aún dependiendo exclusivamente de las remesas y el turismo, renglones de los que está muy recostada, como lo afirmara recientemente el empresario José Luis Corripio, y el país lograra establecer una producción fuerte y competitiva, la situación que prevalece en áreas prioritarias, afectando a la nación, nó fueran tan graves.

Las remesas, representaron el 12% del Producto  Interno Bruto (PIB) el año pasado, índice que nos obliga a preguntarnos ¿qué sería del país  si ésos ingresos no llegaran a las familias más necesitadas?

¿Qué sería del país si no llegaran diariamente furgones cargados de alimentos, medicinas, artículos para el hogar, ropa, útiles escolares, utencilios de labranzas, herramientas de producción, entre otros materiales?

Corripio invita  al país y al sector empresarial a  asumir el rol  de crear condiciones que les permitan renovar las actuales y  abrir nuevas  fuentes de producción e ingresos, fortaleciendo las existentes, e introduciendo otras y sería más efectivo el ingreso a los mercados internacionales, especialmente con Centroamérica en el marco del RD-CAFTA y la sociedad podría ir superando los problemas socio-económicos que le afectan .

Me permito citar un ejemplo:
“La ropa íntima de mujer, producida en la República Dominicana, por su calidad en el tejido y confección, logró colocarse en un lugar  preferencial en lo referente al gusto de las clientes de las tiendas de lujo, especialmente  de la Quinta Avenida de Nueva York. Igualmente, los hombres podíamos comprar trajes y camisas de calidad fabricadas en el país, pero todo eso ha desparecido, quedando en el vacío la pregunta”, ¿porqué?

Según mi humilde apreciación, el empresario Corripio, redescubre esa realidad utilizando un método diplomático en su exposición, cuando se refiere a “corregir situaciones que no están correctas” es decir, por ejemplo, ¿porqué la producción de zonas francas dominicanas, no obstante ser de alta calidad, ha desaparecido de esas tiendas de lujo neoyorquinas? ¿Porqué  Guatemala, Honduras, El Salvador, por mencionar naciones de Centroamérica, dejando a un lado las del Asia por jugar un rol tan respetable, han mantenido su calidad y ritmo de producción?

Al leer  detenidamente lo expuesto por el presidente del Grupo Corripio, me permito afirmar, que revisando la presencia de productos  dominicanos en el mercado de Nueva York,Nueva Jersey y otros estados, hemos podido establecer 38 renglones, entre agrícolas y agroindustriales  y 12 medicinales y de tratamiento de belleza  y hojas para preparar medicamentos caseros (Té), de venta en las llamadas Botánica.

Empresas establecidas en Nueva Jersey, por ejemplo  González Tapanes, que hace unos  siete años traía de República Dominicana a Nueva York, frutales lechosa, guanábana, tamarindo y otros envasados  en fundas plásticas. También mapuey, yuca, ñame, yautía, guandules y otros productos, han dejado de traerlos, debido a las dificultades existentes para sacar los productos del país, los elevados costos del transporte, las dificultades de tener que ir  al puerto de Filadelfia, estado de Pensilvania, a buscarlos teniendo que lidiar con los inspectores del Departamento de Salud que en muchas ocasiones, en forma arbitraria realizan decomisos por la baja calidad y pobre presentación. Ese mismo viacrucis lo tienen  que soportar los ocho importadores de productos  dominicanos establecidos  en Nueva York.

Los productos de Centroamérica llegan a los Estados Unidos por el puerto de Connecticut y los de América del Sur por  Staten Island. Lo que indica, que ésos  países cuentan con más facilidades que la República Dominicana.

Es necesario destacar, que los dominicanos en el exterior, no solo inciden en la economía del país a través de las remesas, pues, al prevalecer una situación de inseguridad  física, generado por la criminalidad orquestada por la delincuencia, el narcotráfico y la grave situación económica y social que afecta al país, muchos dominicanos  que han  emigrado a diferentes latitudes del mundo, van al país  y se hospedan en hoteles de los complejos  turísticos  acompañados de sus familias, lo que indica que también están aportando recursos a ese renglón de la economía, considerado uno de los más vitales.

Aunque las autoridades financieras dominicanas afirman que las remesas enviadas por los dominicanos residentes en el exterior, ascendieron a unos $2,449  millones de dólares, es necesario destacar que no existen cifras exactas. Es decir  el Banco Central  no ofrece datos específicos, sin embargo, los países de Centroamérica (Costa Rica, Honduras, El Salvador , Nicaragua y Guatemala) ofrecen mes por mes el monto del dinero  enviado por su comunidad inmigrante establecida en los Estados Unidos y en otras latitudes del mundo, mientras que por otro lado, más familias dominicanas se hacen ciudadanos norteamericanos, renglón en el que ocupamos  los primeros lugares, lo que es  un reflejo de nuestra  numerosa presencia migratoria, menos dinero será  enviado y más  familias dominicanas  estarán llegando a la nación norteamericana.

Existe un caudal de dinero enviado desde el exterior, que no es  contabilizado, debido a  que no llega a través de las remesas, sino mediante transferencias bancarias, por el Servicio Postal y en muchas ocasiones a título personal, siendo en su mayoría dedicado a inversiones en propiedades inmobiliarias, en transporte, comunicaciones, turismo y negocios en general.

Ojalá que lo expuesto por el  empresario José  Luis  Corripio,  sirva de fuente orientadora a los sectores con poder de decisión y a todos los dominicanos, de tal forma  que  su contenido, tras un examen cuidadoso, sea  revisado y utilizado en las partes más provechosas y  que unida a otras iniciativas, pueda incidir  en un mejor  presente  y un mejor futuro para  el país.