Las vicisitudes de los alumnos de la escuela Fray Ramón Pané

Las vicisitudes de los alumnos de la escuela Fray Ramón Pané

Los padres demandan la construcción del plantel.

A pie. Niños recorren largo tramo

Estudiantes del liceo de Los Jardínes del Norte que no hallaron cupo, deben caminar hasta el del barrio El Millón, a cuatro kilómetros

Para obtener el pan de la enseñanza, Emilio, de cinco años, debe caminar junto a su madre Cristal desde La Yagüita de Los Jardines del Norte, en la capital, hasta el colegio Riachuelo, casi tres kilómetros bajo el ardiente sol de la 1:30 de la tarde. Luego retorna del mismo modo a las 5:00.

Esto porque los estudiante de la escuela Fray Ramón Pané, demolida hace dos años y en espera de construcción, fueron reubicados en centros privados a los que el Ministerio de Educación paga el alquiler de sus locales en tanda vespertina.

Los alumnos matriculados en el plantel público son de barrios precarios, lo que les imposibilita costear transporte y menos acudir a un colegio. Por eso, urgen la terminación de la infraestructura.

“No podemos ir todos los días en vehículo, porque lo poco que conseguimos es para comer. A veces los niños más grandes vienen en grupo, incluso en ocasiones hasta piden bola en la parte de atrás de camionetas, que es un riesgo”, cuenta Lupe, madre de Andy, de siete años.

Los niños están diseminados también en el colegio San Mauricio, que a los yagüitenses les queda cerca, pero a los de Los Ríos les separan entre tres y cinco kilómetros, que la mayoría recorre a pie.

Sin cupo y con peligro
Por la falta de cupo en el liceo de Los Jardines del Norte, Yolanda asiste al del barrio El Millón. Son cuatro kilómetros desde La Yagüita. Sí, también los hace a pie y lo peor, regresa a a las 9:30 de la noche de la misma manera, pese al riesgo que implica hacer el trayecto.

Su madre, empleada doméstica, está atormentada con esta situación pero con tal de que estudie la aguanta estoica

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